En aquella época, muchas naciones de América abrieron sus puertas recibiendo contingentes de distintos países, siendo el empeño, esfuerzo y dedicación de aquellos hombres y mujeres lo que les permitió salir adelante y ser parte del crecimiento e historia de la nación que se convirtió en su nuevo hogar.
Hoy vemos cómo miles de familias huyen de conflictos en busca de un futuro en Europa. En este lado del mar están aquellos que dejan todo en busca del famoso sueño americano.
Para quienes la inmigración está presente en nuestras vidas sabemos el precio que quienes se aventuran a ese sueño deben de pagar, cuando estos flujos son originados por motivos económicos las cosas cambian ya que buscan las oportunidades que en sus países no encuentran.
Muchas veces escuchamos en alguna película ¨Los Estados Unidos no negocian con terroristas¨ pero nunca escuchamos ¨Los Estados Unidos no negocian con corruptos¨, la historia reciente de Latinoamérica desde el río Grande a la Patagonia está llena de negociaciones entre los Estados Unidos y gobernantes que llevaron a sus naciones a caer en crisis recurrente o mejor dicho, a hacer de las crisis una forma de vida de sus habitantes.
Golpes de estado, regímenes castrenses, guerras civiles, demagogia de gobiernos populares, guerras civiles, conflictos armados entre naciones hermanas, desastres naturales y no puede faltar el narcotráfico.
Muchos decidieron dejar atrás familia, sentimientos y recuerdos escapando de miserias en busca del tan anhelado sueño americano que más que un sueño se convierte en una pesadilla.
Pero demos un paso atrás, el haber negociado con naciones donde la corrupción de sus gobernantes, políticos y empresarios ligados al poder arrasaron economías y empobrecieron al resto de la población los hace cómplices y responsables del problema.
Lamentablemente el daño ya está hecho, vemos como algunas naciones destituyeron a sus gobernantes, otras tomaron el combate contra la corrupción es serio pero los resultados son insuficientes ante este mal que arrasa, corrompe y destruye.
Qué sucedería si los acuerdos comerciales entre las naciones estuvieran condicionados a un verdadero código de ética, para todas las partes, así como no se negocia con terroristas tampoco se negocia con gobiernos corruptos, el hacerlo los pone al mismo nivel.
La utopía es un sueño irrealizable, qué sentido tiene la vida sin los sueños, recientemente escuchamos muchos discursos donde el actor principal quiere cambiar el mundo o mejor dicho su mundo, los medios anuncian que esos cambios tendrán consecuencias apocalípticas, nadie quiere que las cosas cambien porque atentan contra los sistemas establecidos aunque estos sea obsoletos, decadentes y corruptos.
No nos olvidemos que muchos de nosotros hemos vivido de crisis en crisis, somos en cierta forma sobrevivientes de muchas tempestades, ¿que vendrá? Afortunadamente no lo sabemos pero algo es seguro, los miedos quedaron atrás.
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