Mientras los catalanes levantan la bandera de la libre determinación de los pueblos, aparece el rey, un personaje vendedor de armas, hablando de democracia ¿?, por parte del gobierno español insisten en la ilegalidad del referéndum, lo que no queda claro es por qué, si se está cometiendo un acto ilegal, no se actúa conforme a la ley.
Las preguntas son equivocadas, qué ha hecho el gobierno español para que las distintas regiones se sientan orgullosas de conformar un Estado, empezando por sostener una familia real con sus privilegios, abusos y excentricidades; los casos de corrupción no dejan de aparecer, la crisis en la cual millones de españoles se ven afectados perdiendo sus empleos y sus hogares beneficiando a los terroristas financieros que tienen sus ojos, al igual que en Grecia, en la economía española.
No se trata de quien tiene la razón, ni de tomar partido, no se trata de buenos contra malos ni de ángeles contra demonios, ni del Barsa contra el Real Madrid, es el haber llevado las cosas a los extremos, sin justificar a los catalanes que sus culpas tienen, es el haber dejado al país sumido en una crisis, el dejar que otros tomaran las decisiones que le correspondían al ejecutivo en lugar de estar pavoneándose con los líderes de otras naciones.
Esta crisis no es exclusiva de los españoles, los escoceses no están muy contentos con los ingleses, otra democracia monárquica ¿? Gracias al Brexit, una Irlanda dividida. Ni hablar del conflicto kurdo, sin exagerar, qué pasaría si mañana California, la sexta economía del mundo, gracias a las sesudas decisiones de Washington decide ya no pertenecer a la Unión Americana, una nueva guerra de secesión por culpa de un mal gobierno central, claro que esto último es ciencia ficción.
También se descubre la doble moral de la Comunidad Europea y de las naciones que la conforman, en el conflicto de los Balcanes se les reconoció su independencia a nuevas naciones, claro que ahí se vale, la preocupación por la economía es más importante que las personas, claro, bajo el argumento de la repartición de la riqueza, pero entre ellos.
El sueño de algunos que esta separación iba a ser un divorcio de terciopelo como fue la ex Checoslovaquia se está convirtiendo en papel de lija, no se habla con la verdad, demasiado protagonismo, demasiada pasión sin que los promotores de esa independencia explicaran el precio que deben de pagar por ella y la violencia es el elemento con el cual se pretende hacer entrar en razón.
Tal vez la triste solución a este conflicto va a suceder cuando los catalanes se den cuenta que si persisten en sus ambiciones separatistas, el Barsa ya no va a jugar la Copa del Rey y menos el torneo de la UEFA liegue.
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