Manolo no necesita presentación. Es un clásico del sur del continente que se abrió camino en nada más y nada menos que en Miami Beach. ¿Quién no ha probado esos churros, cuya receta familiar trajo el bisabuelo de los actuales dueños al continente americano hace cerca de 100 años desde Burgos, España? El primer Manolo en América abrió en Uruguay en 1930, desde él surgieron los Manolos en Argentina, Costa Rica, Perú, Panamá y, claro, no podía faltar Miami.
Es el típico restaurante que siempre está lleno. El público espera en sus puertas para comprar dulces, churros, tartas, empanadas, las clásicas medialunas y una buena taza de café. La ambientación consta de un amplio salón, coronado con grandes pantallas de televisión, donde siempre hay fútbol. Y es que los dueños de este Manolo son oriundos de la ciudad argentina de Mar del Plata, donde el fútbol es religión, como en casi todo el país. Es más, el domingo pasado, una multitud de argentinos se juntó a ver la final del mundial Qatar 2022 y celebrar la copa del mundo justamente ahí.
Manolo es de esos sitios emblemáticos que abre temprano con desayunos y no cierra hasta la cena. Actúa como uno de los termómetros que tienen las ciudades para conocer su estado de salud. ¿Quieres saber cómo va el turismo, si hace buen tiempo para estar en la playa, o cómo está la economía? Asómate al Manolo y, si no tiene una fila de personas afuera, debemos preocuparnos. Conseguir media docena de churros en Mar del Plata en temporada alta puede ser toda una travesía, con colas kilométricas y vientos casi huracanados.
Manolo en su local de Washington Ave., supo adoptar algunas comidas típicas del lugar y hace un poco de todo: desayunos, hot dogs gigantes, empanadas, sándwiches, ensaladas, pizzas, pastas, tortas increíbles, panqueques dulces y salados.
Pero para todo el que visita el local, Manolo significa principalmente una cosa: churros. Rellenos con dulce de leche, crema pastelera, Nutella, simples o bananos en chocolate, las posibilidades son varias. Y uno no es suficiente.
Los entendidos mojan los churros en chocolate caliente (aunque desafortunadamente en Miami, dadas las condiciones climáticas, no se ven mucho).