Múltiples estudios respaldan su eficacia, mostrando que trabajar desde casa puede mejorar la productividad, mientras que el trabajo en oficina fomenta la colaboración y la creatividad. Según el relevamiento realizado por WeWork en colaboración con Michael Page, titulado "Más allá de la revolución híbrida", el 79% de los colaboradores argentinos afirman que la flexibilidad y los modelos híbridos de trabajo han contribuido al mejoramiento de su salud mental y el 81% afirma que este modelo favorece a tener una mayor productividad laboral; lo que contribuye a lograr un balance en la vida personal y la vida laboral.
Además de los cambios en las formas de trabajo, que consecuentemente conlleva a un enfoque más humano y centrado en el bienestar de las personas, la modalidad híbrida impacta directamente en el tradicional mercado de oficinas, al generar una reevaluación profunda en la manera en que las empresas y propietarios de oficinas entienden, diseñan, utilizan y negocian los espacios laborales. Estos cambios responden a la necesidad de adaptarse a una forma de trabajo que ahora se centra en la flexibilidad, la eficiencia y la adaptabilidad.
“La implementación del trabajo híbrido está remodelando radicalmente la concepción y utilización de los espacios de oficina. Las empresas están reconsiderando la disposición y tamaño de sus instalaciones, optando por entornos más adaptables y flexibles que fomenten la colaboración y las interacciones presenciales. Esta evolución no solo implica un cambio en el diseño y distribución de las oficinas, sino también una nueva perspectiva sobre la ubicación de estos espacios. Ahora se valora la accesibilidad y conveniencia para aquellos que combinan días presenciales y remotos”, indica Rocio Robledo, Country Manager de WeWork en Argentina.
Además, esta transformación exige una actualización en la infraestructura tecnológica y equipamiento de las oficinas, priorizando la conectividad y herramientas de colaboración remota para garantizar la fluidez en el trabajo, sin importar la ubicación de los empleados.
“Este cambio de paradigma no sólo redefine el propósito de las oficinas, ahora concebidas como centros de colaboración e intercambio, sino que también conlleva una revalorización de estos espacios como facilitadores de cultura corporativa y compromiso entre los empleados. Así, esta evolución está impulsando una nueva manera de negociar contratos de arrendamiento, buscando acuerdos flexibles que se ajusten dinámicamente a las necesidades reales de espacio, adaptándose de esta manera a los momentos de expansión o retracción de cada organización”, concluye Robledo.