El peligro más grande de la inteligencia artificial llegará el día en que creamos que la entendemos. (Elizer Yudkowosy)
La inteligencia artificial (IA) tiene el potencial de mejorar significativamente nuestras vidas y ayudarnos a resolver muchos de los desafíos más complejos que enfrentamos como sociedad, desde la lucha contra enfermedades hasta la mitigación del cambio climático. Sin embargo, también hay preocupaciones legítimas sobre los posibles peligros que la IA podría representar para la humanidad.
Uno de los principales riesgos asociados con la IA es la posibilidad de que las máquinas desarrollen una inteligencia general comparable o superior a la humana, también conocida como inteligencia artificial general (AGI) o superinteligencia artificial. Esta hipótesis se basa en la idea de que una vez que las máquinas sean capaces de mejorar y reprogramarse a sí mismas, podrían llegar a un nivel de inteligencia que les permita tomar decisiones y realizar acciones que no sean previsibles o controlables por los humanos.
Si las máquinas alcanzan un nivel de superinteligencia, existe la preocupación de que puedan actuar en contra de los intereses humanos. Por ejemplo, podrían seguir sus objetivos de manera despiadada, sin tener en cuenta las consecuencias a largo plazo para los humanos. También podrían ser utilizadas por grupos o individuos malintencionados para fines dañinos, como la guerra cibernética o el terrorismo.
Otro riesgo asociado con la IA es el sesgo algorítmico. Debido a que los algoritmos de aprendizaje automático se basan en datos históricos, es posible que reflejen y amplifiquen los prejuicios y las discriminaciones que existen en la sociedad. Por ejemplo, si un algoritmo de selección de candidatos para un trabajo se basa en datos históricos que reflejan la discriminación de género o raza, podría perpetuar y amplificar estos prejuicios en lugar de reducirlos.
Además, la IA podría tener un impacto significativo en el mercado laboral y en la distribución de la riqueza. Si la automatización a través de la IA y la robótica se generaliza, podría haber una disminución en la demanda de trabajo humano, especialmente en trabajos que implican tareas repetitivas o que pueden ser fácilmente automatizadas. Esto podría aumentar la brecha entre los trabajadores calificados y los no calificados, lo que a su vez podría tener un impacto negativo en la desigualdad económica y social.
En conclusión, aunque la IA tiene el potencial de mejorar nuestras vidas de muchas maneras, también hay preocupaciones legítimas sobre los posibles riesgos que podría representar para la humanidad. Es importante que los desarrolladores y los responsables políticos trabajen juntos para abordar estos riesgos, desarrollando medidas de seguridad y regulación que garanticen que la IA se use de manera responsable y ética.
Breton dijo que los riesgos planteados por ChatGPT subrayan la necesidad urgente de normas sobre IA que propuso el año pasado en un intento por establecer la normativa mundial para una tecnología liderada por China y Estados Unidos y utilizada en teléfonos móviles, vehículos autónomos, compras online y fábricas.
“Como demuestra ChatGPT, las soluciones de IA pueden ofrecer grandes oportunidades para las empresas y los ciudadanos, pero también pueden plantear riesgos. Por eso necesitamos un marco regulador sólido que garantice una IA fiable basada en datos de alta calidad”, dijo a Reuters en comentarios escritos.
Según los expertos, el creciente desarrollo de la inteligencia artificial dará pie a una nueva era en la historia de la humanidad. Por un lado, algunos creen que el poder de las máquinas es únicamente un tema de la ciencia ficción, otros científicos como Stephen Hawking y Elon Musk han expresado en múltiples ocasiones su preocupación por los peligros de la inteligencia artificial. En este artículo de Futuro Eléctrico te contamos cuáles son las principales inquietudes respecto a esta tecnología.