Aunque las autoridades locales enfocan la atención en la necesidad de detener la reproducción de mosquitos, el uso de Naled en este operativo de fumigación ha generado descontento en la población miamense; reclaman que este plaguicida, el cual ha sido prohibido por la Unión Europea, es tóxico para los humanos, la flora y la fauna.
En este sentido, la Agencia de Protección Ambiental de EEUU (EPA por sus siglas en inglés) asegura que la fumigación con Naled no representa un riesgo para las personas y tampoco afecta al medio ambiente porque la dosis empleada contiene una cantidad mínima del componente activo.
Por otra parte, el Bacillus thuringiensis israelensis (BTI), que se ha utilizado para la fumigación preventiva, es considerado por la Organización Mundial de la Salud un insecticida orgánico e inocuo. También, el BTI fue autorizado en Puerto Rico, donde rechazaron rotundamente el empleo de Naled para combatir el Zika.
Sopesar la incidencia del Naled y la gravedad de la enfermedad del zika
Por un lado, la enfermedad del zika no sólo se transmite por la picada del mosquito Aedes Aegypti sino que también se puede contagiar por vía sexual. Además es altamente peligrosa para las mujeres embarazadas, puesto que puede causar malformaciones y microcefalia.
Desde la otra esquina, es preciso evaluar si el remedio resulta peor que la enfermedad, en vista de que, según aseveraciones de entidades como el Colegio de Médicos de Puerto Rico, entre los efectos nocivos del pesticida Naled está que puede causar cáncer a largo plazo.
Ante este panorama, pareciera que usar BTI para prevenir y combatir el zika fuese lo más equilibrado. Sin embargo, en Miami, la resolución apunta a la fumigación combinada.