Los hábitos de vida no saludables, el exceso de ultra-procesados, la falta de actividad física y otros, se manifiestan en la calidad de vida del ser humano.
De hecho, un estudio de Neurology afirma que “ha habido un creciente cuerpo de evidencia que asocia el consumo de alimentos ultraprocesados (UPF) con resultados adversos para la salud, como depresión, enfermedades cardiovasculares y mortalidad por todas las causas. Sin embargo, se desconoce si las UPF están asociadas con la demencia. Los autores investigaron las asociaciones entre la UPF y la incidencia de demencia en el Biobanco del Reino Unido. En este estudio de cohorte prospectivo, un mayor consumo de UPF se asoció con un mayor riesgo de demencia, mientras que la sustitución de UPF por alimentos sin procesar o mínimamente procesados se asoció con un menor riesgo de demencia”.
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
Son productos elaborados luego de manipulaciones de diferentes sustancias y otros alimentos agregados: aditivos, sales, azúcares y demás. Sustancias que perjudican la naturaleza del alimento y lo convierten en uno menos nutricional y orgánico produciendo modificaciones y alteraciones al metabolismo del cuerpo.
Como analiza BMJ en su web “los alimentos ultraprocesados (es decir, formulaciones industriales listas para comer o listas para calentar hechas con poco o nada de alimentos integrales) ahora contribuyen con el 57 % del total de calorías diarias consumidas por los adultos estadounidenses, que ha aumentado continuamente en el pasado dos décadas. Estos alimentos suelen tener un alto contenido de azúcar añadido, aceites/grasas y almidón refinado, lo que altera desfavorablemente la composición de la microbiota intestinal y contribuye a un mayor riesgo de aumento de peso y obesidad, un factor de riesgo establecido para el cáncer colorrectal. Las dietas ricas en alimentos ultraprocesados también suelen ser bajas en nutrientes y compuestos bioactivos que son beneficiosos para la prevención del cáncer colorrectal, como fibra, calcio y vitamina D”.
Es relevante comprender que el negocio de estos productos se conecta, excelente, con el mercado, la compra y la venta, la necesidad y la ansiedad por la adquisición, el placer y los intereses. De hecho, el valor nutricional, las ventajas nutritivas y natural del alimento se descartan. Lu Wang, investigador y líder de estudios sobre la temática en Friedman School of Nutrition Science and Policy at Tufts, explica que las ”carnes procesadas, la mayoría de las cuales pertenecen a la categoría de alimentos ultraprocesados, son un fuerte factor de riesgo para el cáncer colorrectal. Los alimentos ultraprocesados también tienen un alto contenido de azúcares añadidos y un bajo contenido de fibra, lo que contribuye al aumento de peso y la obesidad, y la obesidad es un factor de riesgo establecido para el cáncer colorrectal”. A esto se agrega que el análisis de datos que ha evaluado el equipo de investigación lleva a una hipótesis especialmente negativa del consumo de “algunas carnes procesadas como salchichas, tocino, jamón y pasteles de pescado. Esto es consistente con nuestra hipótesis "y también", las bebidas azucaradas, como las gaseosas, las bebidas a base de frutas y las bebidas azucaradas a base de leche, se asocian con un mayor riesgo de cáncer colorrectal en los hombres”.
Los ultra-procesados, entonces, suelen contener aceites perjudiciales para la salud, harinas refinadas, conservantes y otros ingredientes que impulsan el sabor, el gusto, precio, fácil consumo y preparación y deseable presentación, impulsando el deseo y la repetición del consumo pero no generan un alimento nutritivo y saludable. Más que evitarlos, la moderación y el consumo responsable puede desacelerar la obesidad, problemas de corazón, diabetes y otras patologías.
El estudio de la relación entre este tipo de alimentos y diferentes enfermedades se realiza en distintos lugares del mundo. Uno de ellos, publicados por (BMJ) identifica tendencias a tener en cuenta ya que se ha advierte la importancia de limitar ciertos alimentos ultra-procesados para evitar enfermedades y si necesitan más estudios y análisis para comprender mejor y con mayor precisión las consecuencias de su consumo:
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“El cáncer colorrectal es la tercera neoplasia maligna más comúnmente diagnosticada entre hombres y mujeres en los Estados Unidos y la segunda causa principal de muerte por cáncer en todo el mundo.
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La dieta ha sido reconocida como un importante factor de riesgo modificable para el cáncer colorrectal.
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También se pueden formar carcinógenos potenciales durante el procesamiento de carnes que contienen nitratos de sodio (por ejemplo, nitrosaminas) o tratamiento térmico (por ejemplo, acrilamida) o pueden migrar del empaque de alimentos ultraprocesados (por ejemplo, bisfenol.
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Los alimentos ultraprocesados comúnmente contienen aditivos alimentarios como emulsionantes dietéticos y edulcorantes artificiales, algunos de los cuales se han sugerido para aumentar el potencial proinflamatorio del microbioma intestinal, promoviendo la carcinogénesis de colon.”
¿Qué se recomienda?
Aumentar el consumo de productos más naturales y orgánicos, aprovechar las huertas, las verdulerías y mercados con productos orgánicos, exigir etiquetados reales en productos, preparar comida casera, enfatizar la educación de una buena alimentación en niños y el hábito del alimento como parte nutricional de la vida, más allá del placer.
Sin embargo, el advenimiento de estos productos en los supermercados del mundo se vinculan con tendencias de producción industrias que entienden la nueva sociedad. No es casual que los alimentos ultra-procesados existan y algunos expertos desafían estos estudios afirmando los beneficios de su producción. En (Food Business News) se publica:
“El argumento de la Sra. Webb para comer "más" alimentos procesados se centró en cómo la tecnología alimentaria puede hacer que nuestro suministro mundial de alimentos sea más saludable y sostenible. El procesamiento de alimentos es la mejor manera de alimentar a las poblaciones humanas en crecimiento y al mismo tiempo reducir el desperdicio de alimentos. El "más" para la Sra. Webb no se trata de más comida chatarra, sino de más opciones mejores para usted que brinden beneficios intencionales, para el consumidor y el planeta".
Será una cuestión de decisión personal al enfrentarse a las góndolas, tomar responsabilidad por lo que se elige producir y consumir, adquirir mayor conocimiento y exigir información nutricional fehaciente a la industria y, por último, quizás considerar la moderación como noble respuesta.