Una nota cruda, fuerte y reveladora de lo que la sociedad argentina silencia, o niega, para poder sobrellevar el día a día.
Una dato muy fuerte que ningún medio ha consultado ¿Qué opinan de la brecha o división ideológica de los argentinos?
Contexto general
La investigación realizada por InfoNegocios Miami, y llevada a cabo en entrevistas de profundidad hechas a 96 familias argentinas emigradas o en proceso de migración, revelan es siguiente dato:
Los números claros surgen de las entrevistas de más de dos horas que se realizaron a:
- 47 parejas con dos o más años de radicación en el exterior.
- 49 parejas con un año migradas o en proceso de migración en el exterior.
- Según los 192 entrevistados (96 parejas), solo se proyectaron 11 votos para todo el peronismo en las próximas elecciones, o sea, un 7%. Solo 3 votos para CKF, 3 para Massa, dos para J. Schiaretti, y tres para Randazzo (votos del peronismo más de centro derecha, estos dos últimos candidatos, productos de la mención de migrantes que manifiestan ser peronistas que desean que dicho partido esté marcadamente separado del Kirchnerismo y de toda organización de la denominada izquierda argentina).
El ranking general (la pregunta es obligada a votar y definir un candidato a elección a presidente, no pudiendo elegir en blanco):
Milei |
66 |
34% |
Bullrich |
38 |
20% |
Murphy |
21 |
11% |
Macri |
20 |
10% |
Espert |
15 |
8% |
Manes |
7 |
4% |
Larreta |
6 |
3% |
Lousteau |
4 |
2% |
CFK |
3 |
2% |
Massa |
3 |
2% |
Randazzo |
3 |
2% |
Schiaretti |
2 |
1% |
Vidal |
2 |
1% |
Morales |
2 |
1% |
|
100% |
Si bien los datos son reveladores, la escucha dice cosas mucho más importantes que este porcentaje.
El 91% de los integrantes piensa que, aunque gane su candidato, si no hay una unión donde se deje de lado la mayoría de los conceptos políticos partidarios ideológicos, y hasta que no cambien drásticamente la “cultura” general del hacer del estado y de conceptos como militancia, lucha, justicia social, cargas impositivas, actividad gremial, gasto del estado, finalidad armónica de los gremios, impecabilidad administrativa, ética social, la reformulación del contrato social, las libertades, el objetivo y la razón de ser de la política y el rol del estado, el país no va a cambiar.
¿Por qué no cambiaría mucho o algo gane quien gane, según este gran porcentaje representativo de las familias que emigran?
Como si fuese un calco, la absoluta mayoría piensa que una buena parte de la sociedad no es consciente que son parte de la corrupción, y que deben cambiar sus formas de vivir y hacer, sus actividades y su concepto de ética.
La mayoría de quienes migran de Argentina no están enojados con los políticos solamente, están absolutamente decepcionados, tristes, enojados, cansados de alguna manera con sus propios amigos, vecinos, primos, hermanos, padres, jefes, con la iglesia, con los compañeros de trabajo, o con sus conciudadanos.
¿Cómo? Más del 90% de los 192 consultados (individualmente), afirman que el problema de Argentina es que mucha gente es parte de la cultura corrupta de la política, de los gremios muy equivocados y también muy corruptos, culturalmente e ideológicamente y siente que el estado es absolutamente voraz y que la gente se ha acostumbrado a eso.
Por esto, es que esta investigación y sus notas, son absolutamente confidenciales y los datos han sido numerados sin guardar ningún registro, data y relación de los entrevistados. Porque lo más doloroso de una familia que decide irse, es sentir que no pertenece a su entorno cercano, que no es escuchada por su propios conciudadanos.
89 de 96 familias dice no coincidir en casi nada con la “idea” de organización social de Argentina, que hace décadas o que “desde siempre” existe, están casados del “Argentina es así”. No logran entender como argentina acepta lo que está pasando en todo el sentido de la palabra.
Las tres palabras más usadas para describir la realidad de la sociedad argentina, por los migrantes son: autoengaño, negación, complicidad.
Ante la pregunta, si existe la brecha y qué opina de ella, 176 personas de 192 sienten que no hay dos lados enfrentados. Para ellos es un artilugio político, y para la inmensa mayoría de los encuestados hay un solo lado que se ha ideologizado fanáticamente y ese lado, extremo, militante dice que cualquier cosa coherente, con sentido común, real, correcta, sustentable es el otro lado de la brecha.
Por esto, para quien decide dejarlo todo, y más una familia, es porque siente que la sociedad Argentina está en gran parte “anestesiada” y totalmente tergiversada.
Una frase casi exactamente repetitiva es: “no podemos entender cómo gente buena defiende ciento de cosas que son indefendibles”.
¿Qué tendría que pasar para que las familias argentinas regresen?
Primero que nada un gran renunciamiento:
Lo básico es que los partidos políticos, los militantes, los gremios, los empleados públicos, los empresarios que hacen negociados con el estado, deberían renunciar a esto.
No es el: “que se vayan todos del 2000” (frase que se hizo muletilla en la crisis del 2000 en Argentina), lo que las familias migrantes quieren y manifiestan imperioso, porque de lo contrario es insoportable vivir día a día, es que haya un cambio, una transformación de todo el sentir, del hacer.
En segunda instancia:
Aceptar que hay corrupción, que la mayoría de las cosas están muy mal y quieren que esto provoque que muchos responsables de eso, vayan presos. Este es un pedido muy concreto de la gran mayoría de los que migran. “Estamos cansados de que hace generaciones y generaciones que la corrupción sale impune”, para ellos es muy importante que por una vez se llegue a toda la línea de corrupción, sea de empleados públicos, empresarios, contadores, abogados, no solo los políticos.
Acá surge otra frase y otra pregunta, ¿por qué dicen que es un problema cultural?
Para los encuestados es vital que quienes ganen logren un gran consenso, donde quienes sean oposición también acepten que este cambio es prioritario. O sea, sienten muy difícil que los gremios, los partidos de izquierda, los partidos, los empleados públicos, los movimientos sociales acepten que hay que dejar de pensar, defender, hablar de muchas cosas que están pésimas y que ya no tienen discusión a resultados obviamente indiscutiblemente malos.
En síntesis: las familias que migran al exterior sienten que el sentido común ha sido tergiversado por la ideología y que esto ha enfermado toda la sociedad, tanto que quienes intentan implementar este sentido común siempre son tratados de pertenecer a un lado de la brecha. Esta trampa es imposible de destrabar si no hay una aceptación cultural que la “ideología” y la brecha es de un lado de la sociedad que ha generado equivocadamente una nación que retrocede en muchos aspectos.
Argentina sufre de una división que si se evidencia es peor, si se niega es muy malo y si no se explicita no tendrá solución nunca.
Está atascada en una trampa de ideología, y la pobreza crece en esa trampa. Por esto la solución es el consenso total mirando el presente y el futuro, creando un nuevo contrato social coherente con las cosas que funcionan, sin banderas, sin militancias, sin repetir 100 años de muchos errores por generar una lucha de dos bandos.
Argentina fue potencia mundial hace 100 años, pero sigue siendo una potencia dormida. Toda América y todo el mundo espera su drástica transformación, no solo sus familias compatriotas que dejan su terruño por ya no poder negar lo que en Argentina se niega día a día para poder soportar la vida en esta pesadilla llamada crisis constante.
¿La sociedad argentina se adaptó a sufrir de esta crisis de fanatismo o finalmente cambiará?