Macro análisis:
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La declaración de bancarrota de WeWork marca el fin de una era de excentricidades en el mercado de coworking. Esta transformación, aunque traumática, ofrece oportunidades para una reevaluación necesaria.
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Las lecciones aprendidas de la caída de WeWork deberían guiar a las empresas hacia prácticas más prudentes y sostenibles. En este nuevo capítulo, el futuro del trabajo flexible sigue siendo una realidad, pero con un enfoque más pragmático.
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A todos nos hace reflexionar… ¿Las empresas pueden crecer tan rápido? ¿Hoy un negocio, no debe tener muchas capas de negocios para que sea negocio?. Para lograr una óptima calidad de experiencia, ¿ No es necesario sí o sí cocrear y asociarse para poder rentabilizar, ciertas experiencias maravillosas, pero muy difícil de equilibrar y sustentabilizar, o de costear cuando no se es experto en todo?.
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El crossing es hoy quizás la única forma de costear servicios realmente de calidad, por que sino la opción es dar servicios mediocres, entonces qué pasaría si por ejemplo WW, hubiese sido un centro de experiencia Nescafé, donde se pudiese comprar todo y experimentar constantes eventos, conferencias, etc. ¿Qué pasaría si también fuese socio Samsung? Y desplegará todo su arsenal de comunicación, experiencia allí.
¿Qué pasaría si Linkedin hubiese tenido centros físicos de experiencias, captación de CV, etc en WeWork?
Estas ideas “simplificadas”, lo que intentan explicar que una forma muy clara hoy de rentabilizar a escala la experiencia disruptiva y de valor, es a través de la asociación. No nos referimos de un co-branding o un sponsoring, nos referimos a una alianza estratégica que co-cree y co-desarrolle experiencias dentro de la macro experiencia.
1. Fin de una era de excesos:
WeWork, liderada por el excéntrico Adam Neumann, se convirtió en sinónimo de espacios de coworking lujosos con extravagancias como rocódromos y piscinas. Sin embargo, su estrategia de asumir grandes espacios y su enfoque en lujos resultaron ser su perdición. La bancarrota de WeWork no solo representa la quiebra de una empresa, sino el fin de una era de excesos en el mundo de los espacios de trabajo compartidos.
2. Impacto en la economía local:
El colapso de WeWork no pasa desapercibido en la economía local de EE. UU. y, en particular, en ciudades como Miami, donde la presencia de estos espacios era notable. La bancarrota de WeWork generará cambios en la dinámica inmobiliaria y afectará a propietarios, arrendatarios y empleados que se benefician de estos espacios flexibles.
3. Transformación del mercado de coworking:
El modelo de negocio de WeWork, presentado como una start-up tecnológica, demostró ser más un negocio inmobiliario. La transformación del mercado de coworking será inevitable, con un enfoque más realista y sostenible en lugar de lujos extravagantes. La competencia por ocupar grandes espacios se replanteará, y las empresas deberán adaptarse a la nueva normalidad.
4. Lecciones para empresas en crecimiento:
El auge y caída de WeWork ofrece lecciones valiosas para empresas en crecimiento. La obsesión por el crecimiento rápido sin una mirada cautelosa a la rentabilidad puede ser perjudicial.
Las empresas deben centrarse en estrategias financieras sólidas y evitar caer en la trampa de las decisiones a corto plazo que comprometen la sostenibilidad a largo plazo.
5. El Futuro del trabajo flexible:
A pesar de la caída de WeWork, la demanda de espacios de trabajo flexibles sigue siendo relevante. La pandemia ha redefinido la forma en que las empresas abordan el trabajo remoto, y la tendencia hacia un modelo de trabajo híbrido persistirá. Otras empresas en el sector, como Industrious, podrían llenar el vacío dejado por WeWork, adoptando un enfoque más realista.