Además, la aerolínea también logró disminuir un 26% de las emisiones por pasajero transportado frente a su operación en 2019. Estas
se diferencian de las anteriores porque el resultado se obtiene de comparar las emisiones producidas frente al número de personas movilizadas en un avión, lo que lo convierte en un indicador de eficiencia.
“La reducción del 21% de emisiones absolutas es una prueba de que nuestro modelo de negocio funciona y de que estamos cumpliendo
la promesa de brindar acceso para que más personas puedan usar el avión como medio de transporte sin descuidar nuestro impacto ambiental y el compromiso que tenemos con los entornos donde operamos. Fueron más personas volando con Avianca, con menos emisiones absolutas y por pasajero transportado, lo cual representa un plan de crecimiento consciente y responsable, sin afectar la eficiencia operacional y la conectividad que brindamos”, afirmó Andrés Muñoz, gerente de Gestión Ambiental de Avianca.
Estos dos resultados se han logrado con la implementación de un modelo de negocio enfocado en dar más acceso y fortalecer su conectividad, mientras genera un menor impacto ambiental, por medio, entre otros aspectos, de más rutas punto a punto; la reconfiguración de la flota, la cual ha facilitado la reducción de emisiones por pasajero transportado; la implementación del programa Avianca Fuel, que ha evitado la emisión de 71.256 ton CO2; y la incorporación de aeronaves A320NEO que, según su fabricante, reduce las emisiones con respecto a la flota de la generación anterior.
Para complementar la reducción de emisiones, Avianca también cuenta con iniciativas de compensación. De esta forma, a través del
apoyo a proyectos de restauración y reforestación en la región, se generó la compensación de 695.000 ton de CO2 en 2023.