En una carta enviada el miércoles pasado, Twitter afirmó que Meta había utilizado secretos comerciales para el desarrollo de Threads y exigió que se detuviera su uso inmediatamente. La red social líder argumenta que Meta reclutó a numerosos exempleados de Twitter, muchos de los cuales retuvieron de manera indebida dispositivos y documentos de la empresa. Además, Twitter sostiene que Meta los asignó deliberadamente al desarrollo de Threads, lo que alimenta aún más la tensión entre las dos compañías.
Apenas a días después de su lanzamiento, Threads, la nueva plataforma de Meta alojada en Instagram, ya ha acumulado más de 30 millones de registros, representando un 10% de la base de usuarios de Twitter. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, expresó su confianza en el potencial de Threads al afirmar: "Creo que deberíamos tener una plataforma de conversaciones públicas con más de mil millones de personas. Twitter tuvo la oportunidad, pero no logró aprovecharla. Espero que nosotros sí". Estas declaraciones llegaron justo después de conocerse la amenaza de demanda por parte de Elon Musk, quien busca tomar medidas legales contra Meta en apoyo a Twitter.
Aunque aún no está claro si Twitter presentará una demanda en los próximos días, un portavoz de la compañía se negó a hacer comentarios al respecto. Por su parte, Andy Stone, portavoz de Meta, publicó en relación a Threads que ninguno de los miembros del equipo de ingeniería del sitio es un ex empleado de Twitter. Esta afirmación plantea interrogantes sobre la validez de las acusaciones de Twitter y la solidez de su estrategia legal.
Expertos jurídicos advierten que los casos de este tipo suelen ser difíciles de probar, a pesar de que muchas empresas han acusado a sus competidores de robar secretos comerciales después de contratar a antiguos empleados y lanzar productos similares. Para tener éxito, una empresa debe demostrar que su competidor se ha llevado información económicamente valiosa y que ha realizado esfuerzos razonables para mantenerla en secreto. Sin embargo, la definición de "esfuerzos razonables" puede ser un terreno delicado y complejo.
El lanzamiento de Threads por parte de Meta representa una amenaza real para Twitter, que ha perdido usuarios y anunciantes desde que fue adquirida por Elon Musk el año pasado. El diseño y las características de Threads se asemejan a Twitter y otras redes sociales emergentes en los últimos meses. En los tribunales, uno de los aspectos clave que se examinan es si la empresa ha dejado en claro a sus empleados que la información en cuestión es considerada un secreto comercial.
En casos similares, las empresas han perdido demandas por secretos comerciales cuando han alegado que sus empleados estaban vinculados por acuerdos amplios que designaban toda la información de la empresa como confidencial. Los tribunales han argumentado que los empleados no pueden determinar qué información es confidencial y cuál no a partir de un lenguaje tan general.
Aunque los juicios son poco comunes en casos de secretos comerciales, los acuerdos extrajudiciales son frecuentes. Polk Wagner, profesor de Derecho en la Universidad de Pensilvania, explica: "Los incentivos para llegar a un acuerdo en este tipo de casos son especialmente fuertes, porque nadie quiere que se revele más información de la necesaria".
La batalla legal entre Waymo, la unidad de vehículos autónomos de Alphabet, y Uber Technologies, la empresa de viajes compartidos, es un ejemplo destacado. El caso comenzó con acusaciones de robo de miles de documentos, pero terminó resolviéndose en torno a un pequeño número de ellos. Uber acordó pagar 245 millones de dólares en acciones propias poco antes del juicio.
A medida que avanza la disputa entre Twitter y Meta, será interesante observar cómo se desarrolla esta batalla legal de gigantes de las redes sociales y si se llegará a una solución amistosa o a una confrontación en los tribunales. Mientras tanto, los usuarios y analistas de la industria seguirán atentos a los desarrollos y las consecuencias que esto podría tener para el futuro de las redes sociales.