Sin embargo, Parrado afirmó que el BID sigue siendo optimista y cree que la región tiene la capacidad de enfrentar este tipo de shocks.
Por su parte, el presidente del BID, Ilan Goldfajn, afirmó que América Latina tiene un sistema financiero sólido y bien gestionado, lo que podría ayudar a enfrentar la situación. Aitor Ezcurra, jefe de la División Corporativa de Inversiones del BID, también mencionó que la región está sufriendo una crisis de seguridad alimentaria "sin precedentes", debido al aumento de los precios de los alimentos y la caída de la producción agrícola.
Preocupa considerablemente la problemática Argentina en la región, ya que a la inflación (la cuarta más alta luego de Zimbabue, Venezuela y Turquía del mundo), se suma una drástica mala cosecha producto de la peor sequía en décadas (Argentina tiene un gran impacto a nivel regional y mundial en por su fortaleza en la agroindustria) proyectada en lo que va en el 2023 y lo que la deja en una pésima proyección hacia el 2024.
También preocupa la disminución de la economía en Colombia, su inflación. Como así en general la inflación de América, si bien ya ha empezado a ceder en muchos países, en algunos sigue siendo alta, superando el 8% anual, claro está lejos de más del 100% interanual de Argentina y del 440% de Venezuela.
El BID aconseja incentivar las inversiones en infraestructura y empleo formal, controlando al mismo tiempo los ratios de deuda pública. En caso de que la crisis bancaria no afecte a la región, el BID prevé un crecimiento del 1% en 2023 y del 1,9% en 2024, cifras significativamente por debajo del crecimiento del 3,9% en 2022.
En cuanto a la situación de los bancos latinoamericanos, Moody's Investors Service señaló que la incertidumbre global en el centro bancario tendría un impacto limitado en ellos. Además, la Gobernadora del Banco de México indicó que no veía riesgo de contagio de la crisis bancaria estadounidense.