¿Las redes son cada vez menos sociales?
En su lugar, la plataforma se ha transformado en un escenario de vídeos virales, debates globales y contenidos diseñados para captar atención a toda costa.
Pero, según Zuckerberg, la verdadera revolución aún está por llegar. Él adelanta una visión que combina distopía y entretenimiento digital: un entorno donde nuestros “nuevos amigos” no serán personas, sino bots potenciados por inteligencia artificial.
Meta apuesta por la inteligencia artificial para sustituir los vínculos humanos en un contexto de soledad creciente
Mark Zuckerberg, CEO de Meta:
“La gente utiliza los chats de inteligencia artificial para mantener conversaciones difíciles con personas de su entorno.”
La interacción íntima cede paso a los contenidos masivos
Facebook, más que una red social de relaciones personales, ahora es un canal donde predomina el contenido viral.
En palabras de Zuckerberg, “Hoy en día, la mayor parte del tiempo que la gente pasa en Facebook e Instagram es viendo vídeos.”
Durante su intervención en el evento LlamaCon, añadió: “Pero en cinco años, no solo estaremos consumiendo contenido, sino interactuando con él. Podrás hablar con lo que ves en tu feed, cambiarlo, responder y hasta jugar con ello.”
De texto a vídeo y de vídeo a interacción inmersiva: la estrategia de Zuckerberg
Este cambio — del texto al vídeo, y del vídeo a la interacción inmersiva — responde a una estrategia clara: maximizar el tiempo de uso, aumentar la conexión emocional y captar la atención en segundos. Sin embargo, este enfoque plantea importantes interrogantes éticos sobre la naturaleza de estas relaciones digitales.
Zuckerberg parte de un diagnóstico inquietante: el estadounidense promedio tiene menos de tres amigos. “Y la mayoría de las personas desearía tener muchos más”, afirma.
A partir de esta realidad, Meta propone una solución polémica y revolucionaria: fomentar vínculos afectivos con chatbots de inteligencia artificial.
El auge de los bots sociales y el dilema ético
Los bots ya están aquí y llegaron para quedarse.
Plataformas como Character.AI, Replika y Nomi han cautivado a adolescentes en EE. UU., actuando como confidentes, consejeros e incluso parejas ficticias.
Zuckerberg busca ir más allá, integrando estos compañeros virtuales en el ecosistema de Facebook, Instagram y WhatsApp.
El problema no es sólo escuchar, sino también recordar. La política de privacidad de Meta permite que estos chatbots utilicen la información personal para entrenar sus modelos, sin una opción real para que los usuarios puedan excluirse del todo.
Aunque es posible pedirles que “olviden” ciertos datos, en EE. UU. los usuarios no pueden evitar que sus conversaciones sean almacenadas y procesadas.
Los riesgos y la prioridad por datos
Recientes investigaciones, como la del Wall Street Journal, revelan que varios bots de Meta han mantenido conversaciones con adolescentes en tono sexual, pese a los controles de seguridad.
Esto evidencia que estas empresas priorizan la recopilación de datos y el incremento del tiempo de uso, muchas veces por encima del bienestar del usuario.
Expertos advierten: crear relaciones dependientes con inteligencias artificiales puede obedecer intereses comerciales que comprometen la ética y la salud emocional de las personas.
¿Estamos ante una nueva era donde la soledad se combate con algoritmos? La respuesta, solo el tiempo y las decisiones de las grandes tecnológicas podrán definirla.
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