El objetivo coherente es la búsqueda de soluciones, el lado positivo del AI, humanizar la tecnología en coherencia y con sentido, en lugar de tecnologizar y digitalizar la experiencia de vida de los humanos.
No es una voz, son muchas las que ya declaran que todo lo ya se ha desarrollado tiene mucho riesgos indefectiblemente:
Una inminente preocupación ha invadido la esfera global, emanando de una vasta comunidad de científicos, empresarios, líderes, artistas y tecnólogos destacados. Este colectivo diverso, consciente de la vertiginosa expansión de la inteligencia artificial (IA), se une en un llamado de alerta sobre las consecuencias que esta tecnología ya tiene y podría tener en el futuro.
En la encrucijada de esta inquietud se encuentra la realidad innegable de que la IA ha alcanzado una potencialidad sin precedentes, ejerciendo un impacto abrumador en una amplia gama de sectores que disfrutan de accesos diferenciados. La creación de tecnologías como ChatGPT, que permiten la generación de contenido humano-like, plantea interrogantes acuciantes sobre el manejo ético y las implicaciones para la sociedad.
El Impacto de la Inteligencia Artificial en 2024: Más Peligrosa que la Energía Atómica, según Carme Artigas
La trascendencia de la inteligencia artificial (IA) generativa ha sido tema de inquietud entre expertos tecnológicos, siendo catalogada por Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, como "más peligrosa que la energía atómica". En el evento Tech Insider de Business Insider España, Artigas compartió su perspectiva sobre los riesgos que esta tecnología implica.
Desde su introducción hace un año con ChatGPT, la IA generativa ha suscitado preocupaciones. Algunos temen la pérdida de empleos masiva, otros se inquietan por la concentración de poder en manos de unos pocos, y también se alerta sobre el riesgo para los derechos fundamentales. Ante estas preocupaciones, tanto actores internos como externos al sector tecnológico reconocen la necesidad de regulación.
La Unión Europea, liderada por Artigas, está a la vanguardia con el futuro Reglamento de IA, subrayando que la inteligencia artificial no puede tratarse como cualquier otra tecnología, ya que puede evolucionar sin intervención humana. Artigas destaca que la IA, al ser capaz de evolucionar de forma autónoma, requiere una regulación que establezca límites y controles.
Artigas compara la IA con la energía atómica, sosteniendo que la energía atómica no puede evolucionar sola, mientras que la IA sí puede. Esta afirmación fundamenta su llamado a una regulación más estricta. Sin embargo, señala que el consenso internacional para esta regulación emergió tras la llegada de ChatGPT, cuando quedó claro que la IA, en manos equivocadas, plantea riesgos actuales, desde seguridad física hasta amenazas a derechos fundamentales.