Estudios, instituciones y científicos empiezan a manifestar las serias contraindicaciones del muy excesivo uso de pantallas que ya se ha incorporado de manera errónea como natural o común en los menores de edad. Aquí compartimos un sintético informe para leer y compartir.
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Hay varias razones por las cuales los padres pueden tener problemas para establecer límites en el uso de los teléfonos móviles o celulares por parte de sus hijos. A continuación, se presentan algunas de las más comunes:
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Falta de conocimiento: Muchos padres no entienden completamente cómo funcionan los teléfonos móviles y las aplicaciones que sus hijos están utilizando. Esto puede hacer que se sientan incómodos al tratar de establecer límites o monitorear el uso del teléfono de sus hijos.
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Minimización de los efectos del uso, tienden a naturalizar o normalizar algo que está mal y se lo racionaliza con argumentos de “avance”, lo cual es erróneo la falta de distinción de cantidad y calidad de uso.
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Dificultad para controlar: Los niños y adolescentes pueden ser muy hábiles para ocultar o evitar las restricciones establecidas por los padres. Por ejemplo, pueden descargar aplicaciones que los padres no conocen, utilizar una red Wi-Fi diferente para evitar el control parental o simplemente esconder el teléfono.
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Presión social: Los niños y adolescentes pueden sentirse presionados para estar constantemente conectados con sus amigos y compañeros de clase, y pueden creer que estar desconectado de las redes sociales o de las aplicaciones de mensajería podría tener consecuencias negativas para su vida social.
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Falta de tiempo: Muchos padres están ocupados con el trabajo y otras responsabilidades, lo que puede hacer que sea difícil monitorear el uso del teléfono de sus hijos. Además, algunos padres pueden sentirse abrumados por la cantidad de tareas que tienen que hacer y pueden ver el teléfono de sus hijos como una forma de mantenerlos ocupados y tranquilos mientras ellos realizan otras tareas.
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Falta de acuerdo entre los padres: En algunos casos, los padres pueden tener opiniones diferentes sobre cómo establecer límites en el uso del teléfono móvil de sus hijos. Si los padres no están de acuerdo, puede ser difícil para ellos establecer reglas y límites claros y coherentes.
En general, establecer límites en el uso de los teléfonos móviles puede ser un desafío para los padres. Sin embargo, es importante que los padres estén informados y conscientes del uso que hacen sus hijos de los dispositivos móviles, y que trabajen juntos para establecer reglas claras y coherentes. Esto puede ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar hábitos saludables en relación al uso de la tecnología.
El uso excesivo de dispositivos móviles y pantallas electrónicas en menores ha sido objeto de preocupación por parte de investigadores y profesionales de la salud en todo el mundo. Algunos de los principales peligros del uso excesivo de dispositivos móviles y pantallas en menores incluyen:
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Problemas de sueño: El uso de pantallas antes de acostarse ha demostrado interrumpir el sueño y causar problemas de insomnio en los niños.
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Problemas de atención: El uso excesivo de pantallas puede afectar la capacidad de los niños para concentrarse en otras actividades y tareas.
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Problemas de aprendizaje: El uso excesivo de pantallas puede limitar el tiempo que los niños pasan interactuando con el mundo real y aprendiendo de él.
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Problemas de salud mental y emocional: Se ha demostrado que el uso excesivo de pantallas se relaciona con un mayor riesgo de depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental en los niños.
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Problemas de visión: La exposición prolongada a pantallas electrónicas puede afectar la salud visual de los niños y aumentar el riesgo de miopía.
En los Estados Unidos, varias organizaciones, incluida la Academia Americana de Pediatría (AAP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), han emitido recomendaciones para limitar el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas. La AAP, por ejemplo, recomienda que los niños menores de 18 meses eviten por completo las pantallas, mientras que los niños de 2 a 5 años deben limitar su tiempo frente a las pantallas a una hora al día, y los niños de 6 años o más deben tener límites claros y limitar su tiempo frente a las pantallas a no más de dos horas al día.
Para ayudar a los padres a tomar conciencia de los peligros del uso excesivo de pantallas en los niños, se están llevando a cabo campañas de concienciación en los Estados Unidos. Además, algunas escuelas y organizaciones están implementando políticas y programas para limitar el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas y fomentar actividades físicas y sociales en su lugar.
Hay varios estudios científicos que respaldan la restricción en el tiempo de uso de las pantallas en menores. A continuación se presentan algunos ejemplos:
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La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que los niños menores de 18 meses no deben tener tiempo de pantalla (excepto para videochat con familiares y amigos), y que los niños de 2 a 5 años deben tener un límite de una hora al día. Para los niños mayores de 6 años, se recomienda que los padres establezcan límites coherentes con las necesidades y horarios de la familia.
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Un estudio publicado en la revista "The Lancet Child & Adolescent Health" encontró que los niños que pasan más de dos horas al día frente a una pantalla tienen un mayor riesgo de desarrollar problemas de atención, conducta y emocionales.
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Un estudio publicado en la revista "JAMA Pediatrics" encontró que los niños que pasan más tiempo frente a las pantallas tienen un mayor riesgo de obesidad, problemas de sueño y problemas de conducta.
En cuanto a los médicos y científicos que están promoviendo la conciencia sobre este tema, algunos de ellos incluyen:
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Jean Twenge: psicóloga y autora de varios libros sobre el impacto de la tecnología en la salud mental de los jóvenes.
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Sherry Turkle: psicóloga y autora de "Alone Together" y "Reclaiming Conversation", que exploran el impacto de la tecnología en las relaciones humanas y la comunicación.
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Dimitri Christakis: pediatra y experto en el desarrollo infantil que ha realizado investigaciones sobre el impacto de los medios de comunicación en los niños pequeños.
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Richard Freed: psicólogo clínico y autor de "Wired Child", que aborda los riesgos de la adicción a la tecnología en los niños.
En resumen, hay una cantidad significativa de evidencia científica que respalda la restricción en el tiempo de uso de las pantallas en menores, y varios médicos y científicos están promoviendo la conciencia sobre este tema en la sociedad.
Para poner límites al uso de pantallas en niños y adolescentes, los padres pueden seguir las siguientes recomendaciones:
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Establecer reglas claras: Es importante que los padres establezcan reglas claras sobre el uso de pantallas, incluyendo cuánto tiempo se permite usarlas y en qué situaciones (por ejemplo, no durante las comidas o antes de dormir).
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Monitorear el uso de pantallas: Los padres deben estar atentos al tiempo que sus hijos pasan frente a las pantallas, y considerar el uso de aplicaciones de control parental para ayudar a monitorear y restringir el acceso a contenido inapropiado.
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Fomentar actividades alternativas: Los padres pueden fomentar actividades alternativas, como deportes, juegos de mesa, actividades al aire libre y lectura para reducir el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas.
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Dar el ejemplo: Los padres deben dar el ejemplo y limitar su propio uso de pantallas frente a sus hijos.
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Fomentar la comunicación: Los padres deben fomentar la comunicación con sus hijos sobre el uso de pantallas y por qué es importante limitar el tiempo frente a ellas.
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Establecer consecuencias: Si un niño o adolescente viola las reglas establecidas, los padres deben establecer consecuencias coherentes con las reglas establecidas.
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Intervenir: no esperar que sea automático, ser papás hoy, y hermanos mayores, abuelos, tíos, primos incluso maestros y profesores, implica intervenir para disminuir considerablemente el uso en tiempo y monitorear el uso de las pantallas y no tener miedo a pagar el “costo” de hacer lo correcto, mucho más fuerte es costo de no hacerlo.
Es importante recordar que los límites en el uso de pantallas deben ser apropiados para la edad y el desarrollo de cada niño y adolescente. También es importante que los padres trabajen juntos para establecer reglas claras y coherentes, y que estén dispuestos a adaptar las reglas a medida que sus hijos crecen y cambian sus necesidades y circunstancias.