Los directivos de Google iniciaron el “código rojo” en respuesta al repentino éxito de estos bots y sistemas de Inteligencia Artificial, conscientes de que podían pasar de ser líderes a quedarse muy atrás, especialmente si Microsoft integraba ChatGPT en su buscador Bing.
Recordemos que Bill Gates salió a reforzar lo que desde el 2017 sostiene sobre la supremacía de la IA en tecnología.
El ChatGPT de Google fue producto de una veloz y enfocada reacción ante posibles competidores de peso.
Durante años, Google ha liderado el desarrollo en Inteligencia Artificial, y de repente proyectos como ChatGPT , puso en alerta su liderazgo, lo positivo para Google es que no tardó mucho en subirse al tren de los bots para chat, con la presentación de Sparrow, un equivalente a ChatGPT que también es capaz de responder preguntas como si fuera una persona, en tiempo real, con la que estamos hablando por una app de mensajería instantánea.
Sparrow estará disponible en beta privada a lo largo del 2023, y aunque por el momento no hay noticias de su integración en el buscador de Google, a estas alturas parece inevitable.
Esta tecnología no es reciente, en realidad apareció el año pasado como parte de un estudio científico, aunque en su día era sólo una prueba de concepto de lo que era posible. Parece que el éxito de ChatGPT , que supo darle un uso diferencial y un interés en otras gigante Techs, motivó a Google a desarrollar Sparrow como un programa comercial, en vez de quedarse en el terreno académico como tantos otros proyectos.
¿Por qué una empresa que siempre está monitoreando con años adelantados cualquier posible innovación, se “les escapó” esta revolución?
El CEO de Deepmind (una división de Google especializada en Inteligencia Artificial), ha declarado que el motivo por el que Sparrow no llegó al mismo tiempo que ChatGPT es por la “precaución” adicional” que tienen cuando tratan este tipo de productos. De esta manera, se refiere a las polémicas por la creación de contenido generado por IA, y por el miedo colectivo a esta tecnología, especialmente en el sector creativo. Precisamente una de las críticas recibidas por ChatGPT tiene que ver con la falta de medidas para evitar el abuso y los fines maliciosos.
Desde Google comentan que quieren asegurarse de que cuando implementen una IA en su buscador, esta sea fiable. ChatGPT puede parecer un ‘sabelotodo’, pero es fácil encontrar fallos e imprecisiones en sus textos tras un simple análisis; en otras palabras, es texto que “parece bueno”, pero que no lo es necesariamente.
Obviamente Google tiene mucha más información de donde alimentar esta IA.
La gran ventaja de Sparrow será la posibilidad de citar fuentes de información, así que cuando le preguntemos algo y nos responda, sabremos exactamente de dónde ha sacado esa respuesta y si nos podemos fiar de ella. En las pruebas internas, Sparrow ofreció fuentes en el 78% de las ocasiones, al mismo tiempo que generaba respuestas plausibles; el equipo también está trabajando en hacer que la IA decida que no puede responder una pregunta de manera fiable, dejando que un humano tome la decisión.