Según Margrethe Vestager, comisaria europea de Defensa de la Competencia, la desinversión es la única opción. La UE acusa a Google de favorecer sus propios servicios en detrimento de sus competidores en tecnología publicitaria, anunciantes y editores en línea. Esta denuncia se suma a las sanciones previas impuestas a Google por abusos en otros servicios, que ya han superado los 8.000 millones de euros.
Te adelantamos hace dias, una nueva demanda de la UE: Bruselas acusa a Google de prácticas abusivas en la publicidad en línea (y desliza una solución: que se deshaga de parte de su negocio)
La dominación de Google en la tecnología publicitaria es evidente tanto en la oferta como en la demanda del mercado. La empresa ha sido acusada de abusar de su posición dominante al favorecer sus propias plataformas de intercambio publicitario y perjudicar a otros intercambios publicitarios. La UE sostiene que una solución basada en el comportamiento no será suficiente para evitar que Google se autopreferencie, y por lo tanto, una desinversión es necesaria.
La posibilidad de que Google se vea obligado a desprenderse de una parte de sus servicios de venta de anuncios está sobre la mesa. Una opción planteada es separar sus plataformas de compra de anuncios, Google Ads y DV360, de DoubleClick y su mercado publicitario AdX. Esto permitiría reducir el dominio de Google en el mercado y fomentar una mayor competencia.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos también ha presentado demandas similares, argumentando que el dominio de Google en la tecnología publicitaria le permite retener una parte significativa de los ingresos publicitarios en línea. A lo largo de los años, Google ha realizado adquisiciones estratégicas para fortalecer su posición, como la compra de DoubleClick en 2007 por 3.100 millones de dólares.
La cooperación entre la UE y el Departamento de Justicia es evidente, y se espera que sigan trabajando juntos en este proceso. Sin embargo, el camino hacia la desintegración de Google no será fácil. Los obstáculos legales son significativos, y la Comisión Europea deberá demostrar que no existen otras alternativas para resolver los problemas planteados por el dominio de Google en la tecnología publicitaria.
Aunque la decisión de emitir un pliego de cargos por parte de la UE no implica necesariamente una batalla legal, el enfrentamiento parece inevitable. Google ha respondido a estas acusaciones argumentando que la disolución de sus tecnologías publicitarias reduciría la disponibilidad de contenido gratuito con publicidad que beneficia a todos.
Además, Google podría apoyarse en un acuerdo previo alcanzado con el regulador francés de la competencia, donde se impuso una multa y se acordó aplicar una mayor interoperabilidad para los servidores de anuncios de terceros.
Google podría apoyarse en el acuerdo previo alcanzado con el regulador francés de la competencia, donde se impuso una multa y se acordó aplicar una mayor interoperabilidad para los servidores de anuncios de terceros. Este acuerdo demostraría que Google está dispuesto a tomar medidas para abordar las preocupaciones antimonopolio.
No obstante, la propuesta de desintegrar a Google plantea un desafío importante tanto para la empresa como para los reguladores. La Comisión Europea deberá demostrar que esta medida es necesaria y que no existen otras alternativas para abordar los problemas planteados por el dominio de Google en el mercado de la tecnología publicitaria.
A diferencia de las acciones tomadas en Estados Unidos, donde la disolución de una empresa es una medida extrema y poco común, la UE ha adoptado un enfoque más agresivo hacia los abusos de posición dominante. Esto refleja su compromiso de promover la competencia y garantizar un campo de juego nivelado para todos los actores del mercado.
La batalla legal que se avecina será clave para determinar el futuro de Google en el mercado de la tecnología publicitaria. La empresa cuenta con recursos y expertos legales para defenderse y argumentar en contra de la desintegración. Además, el impacto de esta medida en el ecosistema publicitario y en los usuarios de Internet también será un factor a tener en cuenta.
Si se llega a la desintegración, Google deberá adaptarse y encontrar nuevas formas de operar en el mercado de la tecnología publicitaria. Esto podría abrir oportunidades para competidores y fomentar una mayor innovación en el sector. Sin embargo, también existe el riesgo de que la desintegración tenga consecuencias no deseadas y afecte negativamente la disponibilidad de contenidos gratuitos con publicidad.
La Unión Europea se ha unido al movimiento de ruptura contra el dominio de Google en la tecnología publicitaria. La acusación de abusos monopolísticos y la propuesta de desintegración plantean un desafío significativo para Google y los reguladores. La batalla legal que se avecina será crucial para determinar el futuro de la empresa y el equilibrio de poder en el mercado de la tecnología publicitaria.