Decía el abuelo que la música es buena mientras es corta, cuando una y otra vez se repite y se repite termina fastidiando, es lo que hoy tenemos delante nuestro, pase lo que pase siempre está Trump presente.
Se nos olvida que es el presidente de una nación donde hay y se respeta la división de poderes, una nación donde muchos de los hilos son movidos no precisamente por él, no es un Cesar, ni un rey y mucho menos un Dios.
El tiempo corre y es despiadado, cuatro años pasan rápido, todavía su gabinete no está en sus posiciones, falta ver si sus colaboradores le aguantan el paso y el genio o si no están dispuestos a seguir sus instrucciones serán despedidos como en su programa de televisión.
Cuatro años que pasarán enfrascados en discusiones bizantinas, en enfrentamientos, en enemistades, convirtiendo su administración en un reality show, ¿pero? Qué pasará cuando la gente se aburra de todo esto, el canal no se puede cambiar, ¿tendrá todavía una audiencia fiel que lo defenderá y justificará?
Mientras este show distrae a las mayorías no faltarán los que sacan provecho, como siempre, la promesa de recuperar lo que ya no es seguirá como un sueño guajiro para aquellos que quieran seguir soñando, el costo a pagar será y es el tiempo perdido, las heridas abiertas, los rencores, las palabras que no se deberían haber pronunciado, pero… detengámonos a pensar que todo esto es por querer recuperar la grandeza de una nación tomando una serie de medidas para la creación de empleos para millones de norteamericanos, ¿son acaso esos empleos los que realmente quieren?, ¿están dispuestos a levantar sus cosechas, limpiar sanitarios o cargar bultos de cemento en la construcción de su mentado muro y pagar por ello el precio real?
A este señor cuyo nombre no quisiera volver a mencionar se le olvida que esa nación creció gracias a la esclavitud, con el abuso de los orientales que construyeron las redes ferroviarias, del abuso a los indocumentados que por unos cuantos dólares levantan sus cosechas, que fueron y son estas personas las que permiten que siga el famoso sueño americano pero lamentablemente no para ellos. Es interesante, aunque sea por solo un instante, ver qué pasaría un día sin inmigrantes en la Unión Americana.
Después de esos cuatro años qué pasará, la naturaleza permitirá la reelección de un septuagenario, cambiarán nuevamente las reglas del juego y los que hoy dejamos de ser amigos contaremos con ese privilegio, ups…. disculpen ustedes, fue un lapsus de cuatro años.
No nos olvidemos, para quienes estamos del otro lado del río que nuestras realidades son distintas, este show barato solamente sirvió para distraer la atención de nuestros problemas, vivimos con corrupción, con violencia, con narcotráfico, con algo todavía más grave y lastimoso que es el hambre, la desnutrición, la ausencia de un mejor futuro, para ser justo en esto ese señor no tiene nada que ver, nuestras pesadillas son una realidad lejos de encontrar solución con la resignación que tampoco nosotros podemos cambiar de canal.
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