Escribo estas líneas casi una semana después de un evento muy emocionante para mi familia, que gracias al liderazgo de algunas personas, se volvió además una experiencia única.
El viernes pasado mi hermano Juan se recibió de Ingeniero Industrial en la Universidad de Buenos Aires, Argentina, al defender la tesis, junto a su amigo y compañero de equipo, Mauro.
Hasta acá, esto era un evento emocionante. La sorpresa llegó cuando los profesores dejaron a las dos familias presenciar la presentación, y participar de la devolución. Es decir, antes de compartir la nota final y la devolución de la tesis, nos invitaron a los familiares a hacer comentarios sobre lo que habíamos visto. Oportunidad que varios tomamos.
¿Por qué cuento esto? Porque para esos tres profesores la defensa de esa tesis era un día más, era parte de su rutina laboral, pero para las familias y los alumnos, era un día único. Un día para el que se habían preparado durante mucho tiempo, algunos viajamos desde Miami, otros desde Barcelona para poder acompañar a Juan, había nervios y emoción, era un día especial.
Esos profesores pudieron hacer de ese día un día regular, pero decidieron, tal vez sin saberlo, hacer de ese día, un día histórico que no vamos a olvidar nunca.
A esto lo llamo liderazgo.
El liderazgo para mi es un estilo de vida, no se limita al área profesional. Es tomar cada momento como una oportunidad para generar un impacto positivo en las personas que nos rodean. Es entender que siempre hay alguien que nos está viendo, así seamos solo nosotros mismos, es importante dar el ejemplo, tomar decisiones y actuar con consistencia e impacto.
¿Cuántas veces nos encontramos en situaciones donde tenemos el poder de impactar positivamente el día de otras personas?
¿Cuántas veces nos encontramos en circunstancias en las que podemos dar el ejemplo a través de nuestras acciones?
¡La respuesta es todos los días!
Cada día cuando interactuamos con otras personas podemos elegir hacer de esos momentos, momentos regulares, o poner buena energía y predisposición para usar ese poder y privilegio que tenemos positivamente.
En el largo plazo, las enseñanzas que esos profesores transmitieron pasan mucho más por la experiencia que tuvimos, el ejemplo que dieron a través de sus valores, humildad, respeto, profesionalismo humano, y la devolución constructiva, que por los detalles de la presentación.
Te invito a que te tomes un momento y pienses en como seria el mundo si todos pusieramos lo mejor de nosotros en cada interacción, no lo planteo como una frase hecha.
Si todos eligiéramos manejar nuestros desafíos, dificultades y problemas de una forma efectiva sin descargar nuestras emociones con otros.
Quizás sea tiempo de que más que una idea utópica, sea concretamente una forma super estandarizada, en toda enseñanza, proceso, institución, trabajo… Quizás ya es tiempo que el verdadero líder no es ni cerca el que logra poder, o es más “fuerte”, el verdadero líder es quien decide dejar en el otro, en cada acción un impacto positivo.
Muchos aún no entienden esto o simplemente quieren darle un sentido “romántico” y poco práctico, pero es todo lo contrario. Lo que pasa que hay un boicot “supuestamente racional” y la verdad ya muy forzado, para negar esta realidad más que obvia. El verdadero liderazgo, busca y se enfoca en generar un impacto positivo, indistintamente las dificultades.
Es más, creo firmemente que el impacto es infinito, pensemos en esos profesores, en el impacto que generaron con ese ejemplo, no solo impactaron a las personas presentes, también están impactando a cada persona que lee esta columna.
Entonces te pregunto, ¿Qué vas a hacer la próxima vez que puedas elegir impactar positiva o negativamente el día de la persona que tenés enfrente?
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