Desde la perspectiva del neuromarketing, se sabe que el agua es un elemento que produce una gran sensación de relajación en la mente del consumidor. Además, la presencia de fuentes de agua en un espacio comercial genera una sensación de frescura y limpieza, lo que aumenta la percepción de calidad en los productos que se ofrecen en el centro comercial.
El shopping de Bal Harbour en Miami es uno de los centros comerciales más lujosos de Estados Unidos y cuenta con una gran cantidad de fuentes espectaculares distribuidas en todo el espacio comercial. La cantidad de fuentes en este centro comercial es de aproximadamente 23 sistemas acuáticos, lo que lo convierte en uno de los centros comerciales con más fuentes del mundo.
La presencia de estas fuentes tiene un efecto muy positivo en la mente del consumidor, generando emociones de bienestar y relajación. Este estado emocional facilita la permanencia de los consumidores en el centro comercial, lo que se traduce en un mayor tiempo de exposición a los productos y en consecuencia, en un mayor volumen de ventas.
En cuanto a las marcas tops que se pueden encontrar en Bal Harbour, se destacan tiendas de lujo como Chanel, Gucci, Prada, Louis Vuitton, entre otras, lo que demuestra que la presencia de fuentes en el centro comercial no solo está relacionada con la sensación de bienestar que generan, sino que también contribuyen a la creación de un ambiente lujoso y exclusivo que atrae a un público de alto poder adquisitivo.