¿Alguién tiene dudas que más del 65% de los venezolanos que residen en Venezuela no quieren que siga el socialismo y el totalitarismo de Maduro?
¿Alguién tiene alguna duda que los 5 millones de Venezolanos que deberían poder votar (En total son 8 millones de Venezolanos que emigraron a causa del totalitarismo del Chavismo) y que huyeron de su país, votarían en contra de Maduro, un total de un tercio de la población que puede votar?
¿Qué más le hace falta a OEA, ONU, a los partidos tradicionales de Mx, Arg., Brasil, Chile, Uruguay, para no solo decir “si pierde se va”, sino para actuar sobre la realidad?. Maduro ha preparado todo tipo de trampas, fraudes, acciones de violencia, represión, para que la inmensa mayoría que hace más de 45 días invade las calles al paso de la caravana de Maria Corina Machado y Edmundo Gonzales, no pueda elegir que el chavismo deje lo antes posible el poder.
¿En serio hace falta algo más para darse cuenta que Maduro ha enviado a “ callar” a millones de Venezolanos, con grupos de choque que simulan ser delincuentes comunes, con detenciones, con crímenes de lesa humanidad que ya ONU ha constatado?
¿En serio los partidos, presidentes, gremios, medios de ideología de izquierda de Latinoamérica, van a “minimizar” que en Venezuela la diáspora más grande, (La cubana es porcentualmente muy similar), es producto de décadas de totalitarismo?
Es momento de la verdad, es momento de la total transformación de Venezuela, y de toda América, ya no se puede “ser neutros”.
A través de maniobras antidemocráticas y la manipulación de las instituciones, Maduro y su entorno están erosionando sistemáticamente el Estado de derecho y la separación de poderes, socavando la legitimidad electoral y amenazando con consolidar un régimen autoritario que niega los principios fundamentales de la democracia y el respeto a los derechos humanos.
En palabras del poeta Octavio Paz, "una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos".
En este contexto, es fundamental reconocer que lo que está ocurriendo en Venezuela va más allá de una simple disputa política. Estamos presenciando un quiebre en las normas democráticas y un intento descarado de consolidar el poder a través de medios ilegítimos y coercitivos. Un golpe de Estado, ya sea perpetrado por las fuerzas armadas, una élite económica o el propio gobierno, representa una violación flagrante de los principios democráticos y un ataque a la voluntad del pueblo.
Es crucial que la comunidad internacional y las fuerzas políticas internas se unan en defensa de la democracia y los derechos humanos en Venezuela. La lucha por elecciones libres y justas no solo es un imperativo moral, sino también una necesidad para garantizar la estabilidad y el bienestar del pueblo venezolano.
En medio de la incertidumbre y la crisis política que sacude a Venezuela, es necesario mantener la esperanza y la determinación de seguir luchando por un futuro mejor. Las elecciones de julio de 2024 representan un momento crucial en la historia del país, donde la voluntad del pueblo y el respeto a la democracia deben prevalecer sobre la opresión y la tiranía.
En última instancia, el destino de Venezuela está en manos de su pueblo y de aquellos que defienden la libertad y la justicia. Es hora de alzar la voz, de resistir la tiranía y de luchar por un futuro en el que la democracia y los derechos humanos sean respetados y protegidos. La historia de Venezuela está siendo escrita en este momento, y es responsabilidad de todos nosotros asegurarnos de que sea una historia de libertad, justicia y esperanza para las generaciones venideras.
Con un enfoque de gran profundidad y rigor científico, renombrados expertos como Elisabeth Burgos, Milos Alcalay, Diego Arria, Humberto Calderón Berti y Antonio Ledezma han compartido sus valoraciones acerca del inminente proceso electoral del 28 de julio. Destacan la probable victoria del candidato opositor Edmundo González.
En un selecto encuentro virtual, auspiciado por la prestigiosa organización de derechos humanos UN Watch, se ha debatido acerca de la coyuntura electoral que enfrenta Venezuela. Durante esta significativa reunión, figuras de gran relevancia como Elisabeth Burgos, Milos Alcalay, Diego Arria, Humberto Calderón Berti y Antonio Ledezma han aportado su visión experta.
Elisabeth Burgos, distinguida exdirectora de la Maison de l’Amérique Latine en París y de l’Institut Culturel Français en Sevilla, ha subrayado la importancia crucial de que el régimen de Nicolás Maduro reconozca la eventual victoria de Edmundo González en estas elecciones. Advierte con claridad que el chavismo recurrirá a artimañas y argucias en los meses posteriores a los comicios.
En un tono de inquebrantable convicción, Burgos ha enfatizado que Nicolás Maduro deberá renunciar tras una hipotética derrota, instando a que este sea el foco de la oposición una vez concluida la jornada electoral.
Por su parte, el destacado diplomático venezolano Milos Alcalay ha señalado que nos encontramos ante un momento crucial, donde la verdad se impone de manera innegable. Bajo un régimen de "dictadura y totalitarismo", Alcalay destaca que cada día se hacen más evidentes las artimañas y trampas del sistema actual.
En un contexto de angustia, el diplomático expresa una esperanza renovada de que Venezuela pueda finalmente liberarse de las cadenas de los últimos 25 años. Enfatiza la importancia del binomio conformado por María Corina Machado y Edmundo González, destacando su significado no solo político, sino también espiritual.
Humberto Calderón Berti, experimentado exministro de Energía y de Asuntos Exteriores, ha resaltado la urgencia de reconstruir Venezuela, subrayando que esta tarea representa una oportunidad de gran envergadura. Destaca la necesidad imperante de abrir las puertas a la inversión privada internacional y nacional para la reconstrucción del país, especialmente en sectores críticos como la industria petrolera.
Por otro lado, el respetado líder opositor Antonio Ledezma ha destacado la resistencia y valentía del pueblo venezolano frente a las adversidades impuestas por el régimen. Enfatiza la importancia de la solidaridad internacional y el papel crucial de los medios de comunicación en la difusión de la verdad.
En este escenario de transformación y esperanza, la comunidad internacional se erige como un pilar fundamental para respaldar el proceso democrático en Venezuela y allanar el camino hacia una transición pacífica y garantista.
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