“Muchas veces no se trata solo de ganar más dinero, se trata de dejar de creer que el día a día es un tedioso pantano que nos acostumbramos a transitar con cierto confort”.
Cuando lo cotidiano amenaza al largo plazo y hace tambalear el mediano plazo.
A pesar de la importancia de la planificación estratégica, las empresas suelen encontrarse enredadas en la urgencia de las operaciones diarias. Desafíos inmediatos, como fluctuaciones económicas, cambios políticos y problemáticas sociales, tienden a ocupar el centro del escenario. Esto puede llevar a decisiones tácticas reactivas en lugar de una ejecución estratégica proactiva.
El éxito en el mundo del marketing radica en encontrar el equilibrio adecuado entre tácticas diarias y estrategia a largo plazo. Ambos son cruciales para el rendimiento de la empresa, pero deben gestionarse de manera complementaria. La planificación estratégica proporciona la brújula, mientras que las tácticas diarias aseguran que la organización avance hacia sus objetivos.
El arte de la planificación estratégica
Como destaca uno de los estrategas más destacados de todos los tiempos, Philip Kotler, los departamentos de marketing desempeñan un papel crucial en la planificación estratégica de una organización. Definir objetivos y metas a largo plazo es esencial para establecer una dirección clara y sostenible. Esta planificación se extiende más allá de un año calendario, abarcando a menudo cinco años o más, y se basa en sólidos principios de branding, comerciales y económicos.
El desafío de las presiones a corto plazo
A pesar de la importancia de la planificación estratégica, el entorno empresarial a menudo se ve afectado por problemas a corto plazo. La economía, la política, el contexto social e incluso el clima pueden influir directamente en la toma de decisiones, priorizando soluciones inmediatas. En este contexto, las tácticas y acciones a corto plazo pueden retrasarse o ejecutarse de manera inadecuada, afectando la implementación de la estrategia a largo plazo.
Gestión eficiente del tiempo
La eficiente organización del tiempo de trabajo es fundamental para lograr objetivos a largo plazo sin perder de vista las demandas diarias. Hacer que el equipo sea consciente de esta dinámica es esencial para que sepa cómo gestionar y priorizar sus actividades diarias sin perder el enfoque en la visión estratégica a largo plazo. El equilibrio entre corto y largo plazo es clave.
La cadena de valor y su papel vital
Como argumenta uno de los gurús contemporáneos del marketing, Michael Porter, la cadena de valor del producto o servicio es crucial. Cada eslabón en esta cadena agrega valor y cualquier falla puede devaluar el producto o servicio final. Toda la organización debe estar alineada con la estrategia de marketing para evitar perder valor u oportunidades. Una organización desalineada corre el riesgo de convertirse en un simple commoditizer.
La conclusión que a menudo se oscurece por métricas que deben lograrse rápidamente y urgencias que deben resolverse:
Una estrategia de marketing sólida, que incluya la planificación a largo plazo, es esencial para el éxito empresarial. En un mundo donde las demandas diarias pueden desviar la atención, alinear toda la organización es fundamental.
Las empresas que logran equilibrar el corto, mediano y largo plazo, manteniendo enfocada toda su cadena de valor en su estrategia, son las que crean y mantienen un valor sostenible en el mercado.
Lecturas recomendadas:
Para profundizar en este tema, recomendamos los siguientes libros y artículos:
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"Marketing 4.0: Pasar de lo tradicional a lo digital” de Philip Kotler.
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"Estrategia del Océano Azul" de W. Chan Kim y Renée Mauborgne.
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"Pensar, rápido y lento" de Daniel Kahneman.
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"El Método Lean Startup" de Eric Ries.
Estas lecturas te proporcionarán una comprensión más profunda de la planificación estratégica en el marketing y cómo enfrentar desafíos a corto plazo en un mundo que cambia constantemente.
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