En medio de la intriga y la incertidumbre que envuelve a Bolivia en este fatídico día, la sombra de la historia parece alzarse una vez más sobre La Paz. El presidente Luis Arce, denuncia con voz firme un intento de "golpe de Estado" por parte de las fuerzas armadas, ese fantasma del pasado que atormenta a las naciones que buscan aferrarse a la democracia.
Un antecedente:
Zúñiga había dicho que Morales “no puede ser más presidente de este país” y advirtió que “llegado el caso” no permitiría que “pisotee la Constitución, que desobedezca el mandato del pueblo” y sumó, en ese sentido, que las Fuerzas Armadas “son el brazo armado del pueblo, el brazo armado de la patria”. Por su parte, el ex Presidente lo había acusado de liderar al grupo militar Pachajcho, que supuestamente tramaba un plan en su contra.
¿Quién está detrás del golpe?
Una primera avanzada de algunas unidades, Zúñiga amenazó con “tomar” la sede del Ejecutivo. Algunos minutos después, y luego de ingresar y retirarse de la sede de Gobierno, Zúñiga anunció que se retiraría de la plaza Murillo.
“Quieren que las Fuerzas Armadas no existan, quieren libertad en este país para hacer lo que les da la gana (...) utilizan a la gente necesitada para que a nombre de ellos tengan como objetivo llegar al poder y saquear.
Hoy, el Ejército se encuentra movilizado, en emergencia, acuartelado... acudimos al clamor del pueblo.
El pueblo pide basta de saqueos, basta de ultrajamientos (...) Aquí están las Fuerzas Armadas por su pueblo”, dijo en el sitio y adelantó que “seguramente pronto va a haber un nuevo gabinete”.
Por otro lado, sostuvo que liberará a los presos políticos en el país, incluida la ex presidente interina Jeanine Áñez, que lleva tres años detenida en el marco de la causa “Golpe de Estado II”, por la que fue condenada a 10 años de prisión, y el gobernador de la provincia de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, en su caso por el caso “Golpe de Estado I”, que investiga los hechos suscitados en la crisis de 2019 que derivaron en la renuncia del entonces presidente Evo Morales, acusado de fraude electoral.
Áñez se pronunció en contra de este levantamiento, que busca “destruir el orden constitucional” y sostuvo que “el MAS con Arce y Evo deben irse a través del voto en 2025″.
En medio de la incertidumbre y la tensión, Bolivia enfrenta nuevamente el fantasma de los golpes de Estado que marcaron su historia reciente, mientras el pueblo boliviano se moviliza en defensa de sus instituciones democráticas. La situación sigue siendo fluida y requerirá de diálogo, calma y respeto a la voluntad popular para evitar una escalada de la crisis política en el país andino
Lo que ha observado el mundo y el periodismo internacional:
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El despliegue de soldados y vehículos militares en la emblemática Plaza Murillo y la intrusión en el Palacio Quemado, sede del gobierno, no solo representa un desafío directo a la autoridad legítima, sino que evoca recuerdos amargos de tiempos turbulentos en la historia boliviana.
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El general Juan José Zúñiga, destituido como jefe del Ejército boliviano, emerge como una figura controvertida en este drama político, sus acciones y declaraciones desencadenando una cadena de eventos que amenazan con sumir al país en la discordia y la discordancia.
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En respuesta, el presidente Arce, rodeado de su gabinete, se erige como un bastión de resistencia frente a la embestida de los militares rebeldes. Su llamado a la movilización del pueblo en defensa de la democracia resuena como un eco de esperanza en medio de la tormenta que se cierne sobre la nación andina.
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Mientras los soldados y vehículos militares se retiran de la Plaza Murillo, la incertidumbre persiste en el aire, dejando a Bolivia en un limbo peligroso entre el pasado y el futuro, entre la democracia y la autocracia. En estas horas críticas, el destino de una nación pende de un hilo, y solo el coraje y la determinación de sus líderes y ciudadanos podrán guiarla hacia la luz en medio de las sombras del golpe de Estado.
Levantamiento militar en Bolivia: Gobierno retoma control en La Paz tras amenazas del jefe del Ejército
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En un tenso episodio político que sacudió a Bolivia, el presidente Luis Arce denunció un intento de levantamiento militar en el país, desatando una serie de acontecimientos que mantuvieron en vilo a la nación sudamericana. Las movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano llevaron a un enfrentamiento directo con el gobierno, que logró retomar el control en La Paz tras intensas amenazas por parte del jefe del Ejército, Juan José Zúñiga.
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El presidente Arce, a través de sus redes sociales, hizo un llamado a la movilización popular en defensa de la democracia y en rechazo a lo que calificó como un intento de golpe de Estado. Mientras tanto, el ex presidente Evo Morales denunció la situación como un ataque al orden constitucional y convocó a los movimientos sociales a defender la democracia en el país.
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El conflicto escaló cuando los militares intentaron tomar la sede del Palacio de Gobierno en La Paz, generando tensión y preocupación en la población boliviana. Sin embargo, tras horas de incertidumbre y enfrentamientos, el Gobierno logró restablecer el control y destituyó al jefe del Ejército, nombrando en su lugar a José Wilson Sanchez Velasquez.
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El episodio desencadenó reacciones a nivel nacional e internacional, con la OEA condenando en los términos más enérgicos los acontecimientos en Bolivia y respaldando al gobierno legítimamente electo de Luis Arce. Asimismo, líderes políticos y representantes de distintos países de la región manifestaron su preocupación por el quiebre del orden constitucional y llamaron a la defensa de la democracia en Bolivia.
En medio de la incertidumbre y la tensión, Bolivia enfrenta nuevamente el fantasma de los golpes de Estado que marcaron su historia reciente, mientras el pueblo boliviano se moviliza en defensa de sus instituciones democráticas. La situación sigue siendo fluida y requerirá de diálogo, calma y respeto a la voluntad popular para evitar una escalada de la crisis política en el país andino.
Bolivia detiene al general detrás del presunto intento de golpe El General, jefe del Ejército, Juan José Zúñiga alega que la pésima situación política del gobierno, le pidió simular un golpe.
IG: @infonegociosmiami
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