Los migrantes hemos creado una cultura poderosa que se refleja en el tejido social y económico de la ciudad. Pero esto se debe a que también desde hace muchos años Miami tiene por política fomentar la diversidad y la fusión cultural.
Esto no es un hecho menor en el mundo y el plano geopolítico. Casi ninguna ciudad importante en el mundo tiene esta fuerza y esta visión. Hoy Miami, es la “Isla Ellis de otras épocas”, todos los vuelos conducen a Miami.
Algo tan fuerte que sí ha descubierto el planeamiento de marketing, pero que la política internacional aún no le ha dado su preponderancia.
Miami tiene mucha inversión, y dice ser la capital del capital, pero no debe cometer el grave error de no darse cuenta que su principal capital, su principal riqueza es la salud de costumbres de la gente que todos los días trabaja por una vida “integralmente” mejor.
Esa salud de valores, de hábitos, de conducta se llama simplemente: VALORES.
Los migrantes latinos hemos traído consigo una riqueza cultural que se manifiesta en la música, la gastronomía, el arte y las tradiciones que han enriquecido la vida de la ciudad. Además, su espíritu emprendedor ha sido fundamental en el desarrollo de la economía local. Muchos de ellos han fundado negocios exitosos y han generado empleo para la comunidad.
En este sentido, la historia de los abuelos, de mis abuelos y la de muchos, son un ejemplo de la importancia del trabajo duro y la perseverancia que caracteriza a muchos migrantes latinos en Miami.
Ejemplo que lamentablemente muchas “ideologías fanáticas de latinoamérica y cuidado, también en nuestro país, EEUU, no solo están olvidándose, sino que las están dañando".
El legado de nuestros abuelos, una prueba de que la riqueza real no se encuentra solamente en el dinero, sino en los valores que nos definen como personas y como comunidad.
Es un ejemplo que los nietos o biznietos, hoy estamos muchas veces buscando vivir, en Miami, por que en nuestros país nativos, parece que ciertos personajes no les conviene que sea la cultura reinante.
Es por eso que nativos de Miami y migrantes, vamos a defender como “moneda” común los valores.
Es por ello que, en un mundo donde el dinero parece ser el único objetivo, debemos recordar la importancia de nuestros valores. Los migrantes latinos han demostrado que la riqueza real se encuentra en la cultura, en la comunidad y en el trabajo duro.
Debemos valorar y celebrar la diversidad cultural que nos rodea y reconocer la contribución de los migrantes en la construcción de nuestras sociedades.
En lo personal nunca tuve dudas de que el conocimiento y la calidad humana es lo más importante que tenemos como personas, y desde ahí es desde donde nos desarrollamos profesionalmente, es el ¨capital¨ más grande que tiene una persona y también el que tiene una ciudad.
Hacer networking potencia el desarrollo de nuestras prácticas profesionales y el crecimiento de nuestros negocios. Esto es una habilidad, que como todas las habilidades puede desarrollarse.
Basándonos en esto, cuando escribo mis entrevistas, siempre me esfuerzo por reflejar a las personas que hay detrás de cada emprendimiento o compañía.
Hoy en día todos entendemos que el dinero está disponible para todos, que la clave está en cómo ganarlo, pero no es lo que nos da poder, ni riqueza.
Considero de vital importancia definir cuales son nuestros valores y sostenerlos en cada relación interpersonal que establecemos. En mi caso, mis valores, y los de mi organización son equidad, humildad, compasión y esperanza, y los sostengo consistentemente, así eso signifique no cultivar ciertas relaciones, o elegir no trabajar en conjunto con personas que no sostienen el mismo estándar.
La riqueza de hoy, ¡son los valores de ayer!
La principal fortaleza para acceder a los negocios es a través del respeto y la empatía.
Hoy se crea valor desde otro lado, somos “personas de negocios”.
Antes las asociaciones eran win/win, en términos de los resultados de los negocios. Hoy las asociaciones son personales o no son. Ya nadie abusa tan fácilmente de otro por tener dinero, por tener títulos, por tener puestos jerárquicos en organizaciones de renombre, followers en redes sociales, por género, edad, o raza. La diferencia siempre estuvo en los detalles, en el “don de gente” y hoy que hemos conseguido tenerlo todo, son esos detalles lo que generan la abundancia real.
En mi libro “¡Viví bajo tus reglas!” Dedico una sección completa a la identificación de los valores, a la importancia en de sostenerlos, e incluso de cómo implementarlos en el día a día, tanto en nuestra vida profesional como personal. Dicha sección tiene dos capítulos, “Descubriendo el Valor” y “Yo soy Valioso”, donde exploramos temas como la brújula moral, cómo agregamos valor a través de nuestras profesiones, cómo establecer límites, e incluso la religión.
Esta columna se la dedico a mis abuelos, a los que vinieron de Italia, y a mi yaya griega, que con muchos aciertos, y muchos errores, criaron a mi mamá y a mi papá, quienes siempre priorizaron brindarnos amor y educación, tanto formal como informal. Desde ese lugar, siempre respetaron nuestras elecciones, y a su vez nos criaron para ser personas libres e íntegras.
En una ciudad tan cosmopolita como Miami, donde convergen tantas culturas, prácticas, idiomas, razas, como para mencionar algunas cosas, es clave comunicarse a través de lo “no negociable”, y eso son nuestros valores. Nuestra ética y nuestra moral. Podemos coincidir o no en las expresiones que usamos, en las formas, en tantas otras cosas. Desconocemos de dónde vienen las personas, cuáles son sus historias, pero si hay algo que tenemos por seguro son sus actos. Los actos son un reflejo de nuestras ideas y de nuestras emociones. Los actos son lo real.
Esta no es una nota que esté alejada del mundo de los negocios y de la economía, ya que nos hemos dado cuenta que el mundo de los negocios y la economía, sino tiene competencias humanas, valores e inteligencia emocional, sencillamente no tienen sentido y no son ni buenos negocios, ni es una buena economía, ambas están al servicio de las personas y no al revés.
La capital del capital, nuestra querida Miami, tiene su “mayor capital”, en los valores de su gente y ese capital es el que más tiene que cuidar, ésta y cualquier ciudad.
Me encantaría que esta sentida nota, llegue a los directivos de la ciudad, pero también a cada hogar, en donde se forman nuestros ciudadanos, nuestros vecinos, quienes luego ocupan roles y actividades en nuestra querida ciudad del sol.
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