La cumbre del G20 en Brasil se encontró en un estado crítico, donde la falta de consenso sobre temas clave como la guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza amenaza con fragmentar el foro multilateral.
La cumbre del G20 en Brasil se enfrentó a varias encrucijadas, donde la falta de un consenso sobre temas cruciales como la agresión rusa y el conflicto en Gaza amenaza la unidad del foro.
La postura de Lula da Silva refleja un intento de equilibrar intereses globales, pero también revela las profundas divisiones que podrían fracturar el G20. Con el trasfondo de un complot de golpe de Estado y críticas a la gobernanza internacional, el éxito de esta cumbre se presenta como un desafío monumental que podría redefinir las dinámicas del poder global en un contexto multipolar. La capacidad de los líderes para alcanzar un acuerdo será clave para la credibilidad del G20 en tiempos de crisis global
1 Lula pretende ser el contra peso a nivel mundial de Milei como paladín de la defensa de un socialismo muy mal visto y en decadencia. Apela a un discurso recargado sobre los impuestos a los ricos, el globalismo y los débiles.
La problemática de ese discurso es que implica defender hechos altamente corruptos en el combo como el terrorismo en Palestina, las dictaduras de America como las de Maduro, Cuba y Nicaragua, y los enormes hechos de soberbia y mal uso del criterio social, y uso del clima, como el manejo de las represas en España, las inundaciones, los problemas migratorios en europa y los numerosos hechos de violencia en paises o estados donde se disminuye la coherencia de las leyes. Por otro lado, los controles de precios, las políticas de mayores impuestos, la emisión y el déficit fiscal, son todas aristas de ideas pro control y contra la libertad que lejos ir contra la pobreza la aumenta.
Milei dio nuevamente un discurso protagónico, coherente, rupturista, innovador, asertivo, puede ser “polémico”, pero a la vez es criterioso, muy fundamentado y renovador. Esto incomoda mucho a Lula y su postura conservadora de un status quo siempre quejoso pero poco autocrítico.
2 Lula está a favor de Palestina (negando el conflicto real con el terrorismo), en contra de Israel y eso es ir en contra de Trump, tergiversar el uso del Brick, y mezclar nuevamente ideologías (algunas ya demasiadas fanáticas para la época), con economía, mercado, leyes y ciencia. Esto incomoda muchísimo a mucho más países y líderes que Trump, Milei, Israel.
3 El hecho de que Putín no pueda salir de Rusia por una orden de captura internacional, en medio del uso de armamento de largo alcance por parte de Ucrania provisto por Biden (USA) es casi un quiebre del G20 disimulado.
Y en medio de todo esto, China parece dejar de lado bastante las posiciones duras y enfocarse en salir de una muy disimulada crisis, tratando de hacer negocios con todos.
Hechos concretos de un G20 en Brasil con bastante crisis y pocas coordinaciones.
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Tensión por la postura de Lula: Lula da Silva ha presentado un borrador de comunicado final que es considerado suave con Rusia y crítico con Israel, lo que ha generado objeciones por parte de los países del G7 (EEUU., Alemania, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido y Japón).
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Falta de condena a Rusia: La ausencia de una condena explícita a Rusia por su ataque a Ucrania complica la posibilidad de un comunicado conjunto que refleje una postura unificada del G20.
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Iniciativas de Lula: En un intento de resolver la crisis, Lula propuso un cese del fuego en Gaza y Líbano y buscó una posición más equilibrada respecto a Israel, tratando de mediar entre las posturas encontradas.
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Desmantelamiento de un complot: A pocas horas del inicio de la cumbre, las fuerzas de seguridad brasileñas desmantelaron un grupo de exmilitares acusados de planear un golpe de Estado y el asesinato de Lula, lo que añade una capa de tensión al contexto de la cumbre.
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Desafíos a la gobernanza internacional: Lula criticó el uso del poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU y abogó por una reforma de las instituciones de Bretton Woods, afirmando que estas han obstaculizado el desarrollo sostenible.
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Impacto de la deuda externa: Lula destacó cómo las deudas externas afectan desproporcionadamente a las economías más pequeñas, como las africanas, y abogó por una cooperación tributaria internacional que ayude a reducir desigualdades.
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Riesgo de división en el G20: La falta de acuerdo podría llevar a que el G20 se divida, especialmente si Lula no acepta las modificaciones propuestas por los países del G7 y Argentina respecto al conflicto en Medio Oriente.
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Escenario diplomático inédito: Las diferencias profundas entre los países participantes sugieren que la cumbre podría no concluir con un comunicado final, lo que sería un desenlace sin precedentes para el G20.
En su discurso ante el G20 en Brasil, el presidente argentino Javier Milei enfatizó que, para erradicar la pobreza, la solución radica en "corrernos del medio". Este argumento sugiere que la intervención estatal y las políticas económicas actuales son obstáculos para el desarrollo y que una menor participación del gobierno podría facilitar la prosperidad económica, permitiendo que el mercado y la iniciativa privada jueguen un papel más relevante en la generación de riqueza y oportunidades. Esta perspectiva se suma a las tensiones sobre el enfoque que cada país debe adoptar en la lucha contra la pobreza y el desarrollo económico en el contexto de la cumbre.
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A pocos días del inicio de la cumbre, las autoridades brasileñas desmantelaron un complot de exmilitares que planeaban un golpe de Estado contra Lula, lo que añade un contexto de inestabilidad. Lula también ha criticado la omisión del Consejo de Seguridad de la ONU y ha llamado a reformar las instituciones de Bretton Woods, argumentando que estas obstaculizan el desarrollo sostenible.
El riesgo de una división en el G20 es alto si las diferencias sobre Rusia e Israel no se resuelven, lo que podría llevar a que la cumbre no emita un comunicado final, algo inédito en la historia del foro multilateral.
¿Por qué son las divisiones y por qué se sigue tratando de esconder los trasfondos?
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Lula da Silva, en el contexto del G20 en Brasil, critica fuertemente el "globalismo neoliberal", señalando que ha fracasado y que la omisión del Consejo de Seguridad de la ONU se ha convertido en una amenaza para la paz y la seguridad internacional. Lula destaca que el uso del poder de veto por parte de los miembros permanentes de este consejo y las sanciones unilaterales causan sufrimiento, afectando especialmente a los más vulnerables.
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Además, Lula critica las instituciones de Bretton Woods, argumentando que han obstaculizado el desarrollo sostenible. En su discurso, enfatiza la importancia de una nueva arquitectura financiera internacional que considere las deudas externas y su impacto desproporcionado en economías pequeñas y medianas, como las africanas.
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Lula aboga por una mayor representación y pluralidad en las instituciones multilaterales, sugiriendo que un futuro multipolar es esencial para la paz. Enfrentándose a críticas, su posición pro Palestina y la falta de condena explícita a Rusia complican las negociaciones en el G20, poniendo en riesgo la unidad del foro en medio de una crisis diplomática sin precedentes.
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La cumbre del G20 en Brasil enfrentó una crisis diplomática sin precedentes debido a la falta de consenso sobre la postura hacia Rusia y el conflicto en Gaza. El presidente brasileño, Lula da Silva, ha propuesto un borrador de comunicado final que es considerado demasiado indulgente con Rusia y crítico con Israel. Esta situación ha generado tensiones con los países del G7, que se han opuesto abiertamente a la redacción presentada por Brasil.
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Javier Milei avaló, finalmente, el documento final del G20. Pese a las dudas, a los críticos discursos que el Presidente emitió durante el primer día de la Cumbre y a las especulaciones sobre la posibilidad de que la Argentina pidiera un esquema “19+1″, el líder libertario optó por no patear el tablero y se sumó a la declaración general de los jefes de Estado.
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Milei, pidió la palabra al mandatario anfitrión, Inacio Lula da Silva al momento de suscribir el documento. En ese momento, frente al micrófono, enmarca su decisión como un esfuerzo para no “obstaculizar la declaración de los demás líderes” y verbalizó sus diferencias con el contenido del texto.
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