Desde Aventura, Miami, Rafael Echeverría, filósofo chileno estadounidense, autor del libro La Ontología del Lenguaje, creador del coaching ontológico empresarial, junto con Alicia Pizarro Domínguez, Coach ontológica Socia fundadora y CEO de la red Global de Newfield Consulting, nos cuentan por qué son la institución basal de anglolatina de dicha formación y nos detallan los beneficios de formarse en estas competencias.
¿Por qué Newfield Consulting?
En Newfield Consulting somos expertos en el desarrollo de las competencias genéricas conversacionales, derivadas de la Ontología del Lenguaje. Ofrecemos esta experiencia de aprendizaje que permite la instalación de prácticas conversacionales que favorecen el logro de mejores resultados en medio de escenarios inciertos.
¿Por qué Coaching ontológico?
El coaching ontológico es un tipo de conversación que produce transformación en personas y equipos. Aporta nuevos caminos y posibilidades de acción. Busca generar aprendizaje transformacional para lograr resultados exponencialmente distintos, alcanzar los más altos desempeños y una mejor convivencia entre los seres humanos y su entorno.
La experiencia en todo América de Newfield
Hemos formado cerca de 8.000 directivos y líderes en todo el mundo. Ya tenemos 68 generaciones de coaches ontológicos y 13 de nivel senior y hoy, importantes universidades a nivel mundial nos respaldan, como por ejemplo la Florida International University, que es la 4ta universidad más grande de Estados Unidos.
¿Por qué Newfield desde Miami para todo anglolatina?
Sabemos que Miami es cuna fértil de importantes líderes y emprendedores hispanoamericanos que han tomado el desafío de innovar y transformar sus vidas. Nuestro propósito, es entregarles competencias efectivas que les permitan resolver conflictos, potenciar habilidades, gestionar contingencias y aprovechar oportunidades, aún en escenarios de incertidumbre como lo son los entornos actuales.
El próximo 24 de Agosto, Newfield Consulting comenzará desde Miami y para todo anglolatina su programa de 10 meses formación, con conferencias junto a Rafael Echeverría y Alizia Pizarro, que otorgan la certificación en coaching ontológico empresarial (ABC), The Art of Business Coaching.
¿Qué son las competencias genéricas conversacionales?
El reto en la actualidad, tanto de los líderes como de las personas que conforman los equipos consiste en elevar los niveles de estas competencias especiales, que son las competencias conversacionales. Se trata de capacitar a los jefes para que sean capaces de percibir en la dinámica de las conversaciones de su equipo, el germen de los problemas.
Líderes que puedan sembrar nuevos discursos, con otros juicios, otras narrativas, y otra emocionalidad, que abran oportunidades para que todos transiten el camino que va desde las inquietudes hasta los resultados.
Las organizaciones en general y las empresas en particular, son una red de conversaciones con un entorno, con un sistema y la efectividad de esa empresa, depende de la calidad de esas redes conversacionales. Es por ello, que las competencias conversacionales de los miembros de un equipo, y de forma central, las de su líder, determinan la “salud conversacional” de ese sistema humano y los resultados que juntos puedan alcanzar.
A través del aprendizaje de un conjunto de “competencias conversacionales” el gerente puede crear las condiciones para que se lleven a cabo el espacio emocional apropiado para que se coordinen acciones o desarrollen procesos de innovación de la mejor manera posible. Es por eso que el poder de transformación del trabajador no reside, como antaño en el despliegue de su fuerza física o de herramientas técnicas, sino en el poder transformador de sus conversaciones y cómo genera redes de conectividad entre los actores del sistema.
Escuchar al otro, es abrirse a la posibilidad también de ser transformado por su palabra de manera que ella conduzca a desplegar una mirada diferente. Por eso el poder de la escucha es la competencia más destacada de un gerente en la actualidad y que a través de ella, logre valorar las capacidades de sus equipos y que ellos quieran pertenecer a un equipo porque les hace sentido.
Tres problemáticas claves hoy combinadas como nunca antes: El hábitat híbrido del trabajo, la instantaneidad del mundo digital y las rutinas del callar.
Reuniones de quince minutos, todos de pie, un minuto para decir lo que traes. Sí. El mundo positivo y veloz está aquí ¡Bienvenido! Y, tal vez, requerimos algo más para acelerar la productividad. Porque puede que se nos escapen elementos claves.
El hábitat híbrido en el que vivimos, genera grietas donde habitan los silencios, las omisiones, los malentendidos. En esta mezcla de presencialidad y digitalidad que la pandemia ha impuesto nos corresponde aprender nuevas formas de articulación de la acción humana. Este es el principal reto que se vive hoy en todas las organizaciones: dar con la mezcla perfecta de presencial/digital, veloz/lento.
Hasta el 2019 el trabajo se basaba en rituales conversacionales con un alto componente de presencia física. En ellos las asperezas del desencuentro se limaban cara a cara, a veces en la informalidad de un café compartido, a veces en abiertos conflictos donde las diferencias se exponían, con mayor o menor apertura, haciendo posible una salida.
A partir de la irrupción de la conversación digital, se rompen esos hábitos que daban plataforma al desempeño de un equipo. Encontrarnos a través del computador nos generó la ilusión de la continuidad, todo seguía adelante, incluso mejor, no nos dimos cuenta del crecimiento del silencio. No cualquier silencio, sino ese que perjudica, porque impide el aprendizaje, retarda la solución de conflictos, y mantiene los malestares, intensificando escondidos en el callar.
Todos los sistemas callan
Chris Argyris (1923 – 2013) crea el concepto de “rutinas defensivas del callar”. Desde la Ontología del Lenguaje hemos desarrollado este tema, convirtiéndolo en un espacio de intervención en equipos que los sufren. Todos los sistemas callan, haciendo del silencio un hábito protector. No siempre somos conscientes de ellos y de sus consecuencias. Generan círculos viciosos que alejan a todos los involucrados de alcanzar la excelencia en su desempeño, obstaculizan el aprendizaje y enrarecen el clima emocional.
En esos bolsones de silencios, nadie logra superar los obstáculos. Frente al vacío que genera el callar, la imaginación se dispara. La información que no llega porque “la callas”, la invento. Nuestro cerebro está seteado para completar imágenes, vemos caras en un estampado, creamos historias a partir de trozos del cuento. Veo tu rostro en el cuadrito de la reunión digital, percibo tu disgusto, y sin darme cuenta, interpreto lo que está pasando, pero con un déficit importante de señales porque no alcanzo a percibirlas y con ellas, obtener el contexto necesario para comprender la situación.
Nuestra capacidad para dar contexto a las circunstancias es lo que nos diferencia de la inteligencia artificial. Hoy esa competencia está en jaque frente a las restricciones de la digitalidad y la instantaneidad.
Para hacer aún más complejo el tema, los seres humanos gozamos de un sistema nervioso evolucionado para sobrevivir. Este sistema nos permite maravillas como la ética o la estética, pero también por su función de preservar la vida, se sesga con fuerza hacia lo negativo. Tendemos a no olvidar las experiencias negativas, mantenemos frescos los recuerdos de problemas, traumas, conflictos. Enfrentados al silencio del otro, es muy probable que la interpretación se construya con el hilo de la negatividad. Desde fantasías catastróficas, conspiraciones, hasta pesadillas y desconfianzas.
El sentido del trabajo hoy
Así, perdemos productividad, niveles de desempeño, sobre todo perdemos el sentido del trabajo que hacemos juntos, por las dificultades para coordinarnos en un hábitat que aún no manejamos plenamente.
En la mezcla está la clave. El campo de lo híbrido está abierto. Lo digital nos permite subir la velocidad, y ahorrar impacto ecológico. Lo presencial complementa y hace profundo el contacto. Es necesario un nuevo aprendizaje ontológico que nos permita reconfigurar el sentido de esta vida en “blend”. Potenciar las reuniones presenciales, aprender a sacarle más provecho a las digitales. Incorporar en cada persona y en cada equipo las competencias genéricas que permiten optimizar esta nueva forma de conversar para trabajar.
Cada empresa, con su cultura, debe generar su única y dinámica mezcla para crear nuevas rutinas que generen círculos virtuosos de crecimiento. El Coaching Ontológico, es una poderosa forma de lograrlo para intervenir en los procesos de los equipos y de las personas, creando las condiciones para un nuevo tipo de aprendizaje. El compromiso consiste en avanzar con el equipo, innovando su red conversacional, como principal fuente de valor agregado.
Para mayor información:
(Nota cocreada con Marcelo Maurizio)
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