El snackable content evoluciona en product placement y brand value content. Si bien cada uno tiene su beneficio, la enorme saturación de material hace que los contenidos de valor comiencen a ser mucho más apreciados.
Los videos de frescura, espontaneidad y originalidad son los protagonistas del marketing, pero mucho más aún los que también tiene valor real, producción y storytelling. Emplazar en el guión de un contenido (cualquiera sea su formato), una marca, no es tarea fácil. Para ello hacen falta expertos en product placement.
Podrás profundizar sobre la asombrosa estrategia de Tom Cruise y Ray Ban aquí:
La primera gran verdad fuerte que hay que hacer correr en todo el mundo de las agencias de publicidad, los influencers, las celebridades, las marcas y los usuarios, es ser conscientes que hay toda una industria que impulsa a que todos hagamos y consumamos muchos videos.
Pero en esa hiper (hiper) saturación de videos y contenidos hay grandes técnicas que no tienen que ver concretamente con lo que “esa” industria promueve, y con lo que genera que realmente que un contenido tenga éxito.
Vamos a tratar de ser extremadamente asertivos es estos racionales:
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Google, las apps, Meta, Tik Tok, los celulares, las telcos, constantemente estimulan a todo el mercado para que usemos sus propios productos, para que la gente haga más videos y supuestamente tenga éxito. Para que la gente consuma muchos videos, alguien tiene que hacer muchos videos.
Entonces hay todo un desarrollo de aplicaciones, cámaras de fotos, “educación”, cursos, “tácticas”, para que esos videos y esos contenidos y quienes lo usan tengan éxitos.
Si bien todo eso, que algunos antes, otros después, usamos y nos ayuda, el principal secreto para que el contenido de valor sea exitoso no tiene que ver con todo lo que las empresas mencionadas estimulan. Literalmente la diferencia es: producción y guiones poderosos.
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El éxito es consecuencia del valor y éste consta de:
Producción, guiones, planning de marca, y un talento muy exótico y disciplinado capaz de realizar product placement (producto integrado) o brand value content, que tiene que ver más con la inteligencia de equipos guionistas, creativos y negociadores. Solo así se puede crear historias de marcas y relacionarlos de manera natural en la vida de los influencers, en una obra de teatro, en un video juego, en un evento deportivo, en una película/ serie o en programas de radio o tv.
Eso no lo hace ni un filtro, ni una cámara de un celular. Ayudan y mucho, pero la diferenciación más fuerte es desde dónde se hace el contenido, cómo se lo produce y con quién.
El éxito de una marca, un emprendedor y es generar un brand content realmente de valor, sistémico y no algo que tenga muchas visitas, pero poca utilidad.
Para que algo luego derive en una compra, una prueba, una imitación, una vivencia, tiene que ser literalmente “campañas” que generen mucho más que likes, o comentarios.
Solo en la creación de “un mundo” donde en el viaje del cliente haya una parada en la utilización del producto o servicio, es realmente útil tanto para la marca como para el consumidor final.
Sino, fue un contenido que gasto tiempo de conexión y fue un negocio para las telcos, los smartphone, las apps, para google o meta y que es funcional para quienes basan su crecimientos en views.
Pero nuevamente el secreto este 2023 es generar sistemas de producción constantes de tu contenido de valor, que estén asociados a la vida real del producto o servicio.
Muchas veces puede crear ese brand content generando una “troyano” que lo sostenga. Por ejemplo, produciendo tu casa museo, donde embajadores, usuarios, invitados disfrutan y comparten la experiencia de tu marca.
Ver parte II aquí.
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